Essex County, las historias de granja que catapultaron a Jeff Lemire

Título: Essex County
Guión, dibujo y color: Jeff Lemire
Edición Nacional: Astiberri Ediciones
Edición Original: Top Shelf Productions
Formato: Rústica de  24.0 x 17.0 cm, 512 páginas 
Precio: 25,00€

Ahora mismo si se preguntase a cualquier lector de cómics ¿Qué autores son los más importantes de la década?, Jeff Lemire tendría que estar dentro del top 3. Sus aportaciones al género superheroicos son más que destacables, pero eso no es lo que más llega al corazón del lector. O no debería. Su aproximación honesta, refrescante, literaria y al mundo rural es lo que hará que, al final del día, sea querido. Y es que lo habitual dentro del cómic es una aproximación superficial y muy caricaturizada de las personas que, en más de una ocasión, es ignorada. El autor proviene de ella y eso se nota. 

Sin miedo de sonar fatalista, nuestros orígenes son nuestro futuro. Esa es la tesis que plantea el cómic. Es imposible escapar de ellos por mucho que queramos.

Essex Conuty son tres historias interconectadas entre sí a modo de fresco de lo que supone y ha supuesto la vida ahí, generación tras generación. También es una tragedia de los habitantes que ahí vagan, de sus ascensos y caídas, de lo que podría haber sido y no fue, de sus sueños rotos, de sus aspiraciones no cumplidas y de sus secretos. De su dolor, en definitiva. Es un ambiente triste y gris que solo alguien que ha vivido en una pequeña ciudad de provincias lo conoce en primera persona.

La construcción dramática y narrativa, muy inteligentemente, uno de los puntos característicos de las zonas más aisladas y con menos habitantes:  que todo el mundo se conoce y/o es primo de alguien. El primer volumen, Historias de la Granja, probablemente sea el que tenga más de “la literatura del yo”. No es difícil imaginar a un joven Lemire viendo el mundo a través de un antifaz, como Lester, el protagonista de esta historia. Es un coming an age metamórfico y metafórico en el que se analizan los procesos que se suceden cuando se debe dejar atrás el dolor de una pérdida.

Historias de Fantasmas, es el segundo volumen, el doble de extenso que los otros dos (como si fuese una metaestructura de tres actos), y nos narra la historia de dos hermanos. Nos ponemos en el punto de vista de un anciano que, en sus últimos instantes, trata de hacer un ejercicio de memoria y reflexiona alrededor de los errores que le han conducido a su leitmotiv existencial: terminar siempre solo. No es difícil ver en este personaje a algún antepasado del autor.

En esta segunda historia uno de los ejes centrales es el hockey sobre hielo. Muchas de sus inspiraciones de este libro han sido memorias de distintos jugadores de dicho deporte. Además, según expone, es el máximo aspiracional para muchas personas, que tampoco tendrían muchas oportunidades más para prosperar.

Portada de la reciente edición integral editada por Astiberri.

Dicho esto, el canadiense parece muy interesado en cómo están los personajes que han tenido su momento de gloria, pero que ahora tratan de subsistido alejados de la alargada sombra de este éxito. Es un tema persistente gran parte de sus trabajos.  

El tercero, La Enfermera Rural, también consiste en estudiar los efectos psicológicos que tiene en nosotros la pérdida. Y nadie conoce más ese sentimiento que una enfermera volcada en ayudar e intentar hacer la vida mejor para personas ancianas.

Hasta ahí, tendríamos tres historias antológicas la mar de interesante. Pero el triple salto mortal está en el modo en el que consigue hilar todas y cada una de sus historias en una única narrativa. Desde fuera, puede parecer simple, pero que contiene unas complicaciones muy duras debajo la superficie.   

Y ahí es donde creo que el clímax de la obra es la apuesta más arriesgada. Logra abarcar mucho en pocas páginas, y es el más complejo respecto al tono. Pone un punto final que llama a cierta esperanza si sabemos en qué debemos volcar nuestra existencia. No tiene vocación moralizante, pero ahí está presente una lección vital para quien la necesite.

El dibujo de Jeff Lemire totalmente identificable, se antoja primerizo, lejos de obras posteriores como Royal City o Un Tipo Duro. Sin embargo, no debe ser percibido como algo necesariamente negativo. El aspecto rudo, sucio, áspero y, sin embargo, contribuye perfectamente al reflejo del ambiente de lo que se debe respirar en esa fronteriza y fría región canadiense. Además, el blanco y negro contribuye a generar cierto desasosiego dramático. Además, es una herramienta formal canónica para reflexionar sobre los hechos que nos precedieron. En cualquier caso, las carencias del componente gráfico, logra convertirlas en unas fortalezas que hacen que sea una obra con una personalidad.

 

Poética página ilustrada por Jeff Lemire.

Lo que sí es indiscutible es el ingenio y los recursos que tiene Lemire a la hora de realizar una narración gráfica. Todo funciona con mucha fluidez, sin que el autor resulte artificioso o quiera anteponer fondo y forma. Esto es una obra magistral a la hora de analizar estructura, composición o en sus transiciones. Habiendo sido releída, se aprecian mucho más la forma y si algo se saca, es muchísimo aprendizaje.

Por todo ello, probablemente, Lemire sea uno de los autores más valiente de la nueva hornada del mercado estadounidense. Es difícil exponer de un modo efectivo tus propias vivencias o tu modo de ver las cosas, sin la directa necesidad de taparse detrás de capas de ficción. El tomar la decisión de desnudarte de esta forma delante de un público y, además, en una de tus primeras obras no es nada sencillo. Y, para más inri, lo hace sin caer en la pornografía emocional ni en la distancia más cínica. Ese equilibrio engrandece todo. Seguramente sea por ese motivo, por esa verdad pura y sin adulterar, que consigue llegar a las emociones más profundas de nuestro ser.

Actualmente se disponen de dos ediciones, por parte de Astiberri. La primera de ellas se publicó en 2010, un año después del original y muchísimo antes de la explosión de éxitos del autor, mostrando, de nuevo, la capacidad de la editorial de ser una plataforma notable para nuevos talentos. Se tratan de tres tomos en tapa blanda recopilando cada una de las partes de la trilogía. Aunque la más interesante sería la más reciente: una recopilación de los tres tomos en un formato de lujo.

Essex County es la aceptación de que el lugar que te vio nacer, te crió, forjó tu identidad y tu personalidad no es tan malo. La quintaesencia de que cuanto más locales sean las historias, más universales. Que las historias de tus vecinos o de ti mismo, merecen ser escuchadas como si fuese la mayor de las epopeyas. Que los lugares con un fantasma que siempre te acompañarán. Essex County somos todos los que hemos madurado en las circunstancias más adversas.