Chacales, la novela gráfica de Nadia Hafid sobre la frustración y la presión social

Nadia Hafid recibió el premio de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic (ACDCómic) 2021 a Autora Emergente por El buen padre, una novela gráfica con tintes autobiográficos donde la protagonista reflexionaba sobre su niñez para entender el vacío tenso de su presente. El cómic trataba temas como la inmigración, el racismo, la depresión… y cómo el ambiente familiar afecta y moldea a les menores presentes. Un cómic que sorprendió a propios y extraños, pero que claramente señalaba a su autora como una artista a tener en cuenta dentro del cómic de vanguardia de nuestro país.

Ahora, la editorial Sapristi vuelve a apostar por ella con su segunda obra larga llamada Chacales, donde gráficamente vuelve a destacar por un minimalismo de línea clara, con formas geométricas, colores planos y composición milimétrica de la página.

En esta ocasión, Chacales presenta la historia de tres personajes cuyo contexto social y edades son distintas. Sin embargo, hay algo que une sus historias, la sensación agobiante de frustración que hace que inevitablemente terminen explotando. Ya sea en forma de arrebatos verbales o físicos, pero siempre agresivos. Hafid explora a través de las tres historias, que terminan entrelazándose, cómo un contexto relativamente normal como puede ser un evento deportivo, una fiesta, ir a clase o al médico, pueden resultar situaciones volátiles para algunas personas. Y cómo éstas reaccionan ante ello.

Es complicado analizar y reseñar este cómic sin hacer spoilers, por un tema en concreto. Creemos que es necesario comentarlo. Por eso, si quieres leer este cómic sin spoilearte absolutamente nada debes continuar la lectura de esta reseña después de la segunda imagen tras este párrafo. Los dos párrafos que encontrarás entre las dos imágenes contienen una explicación de un tema que puede considerarse spoiler, pese a no destrozar la experiencia lectora. Ya que explica lo que une a los tres personajes de Chacales, así como el título de la obra en sí.

Lo que une a les protagonistes de esta historia es un trastorno explosivo intermitente. Éste se caracteriza por episodios repentinos de conductas impulsivas, agresivas y violentas, o arrebatos verbales agresivos en los que las personas que lo padecen reaccionan con demasiada exageración ante la situación que están viviendo. Esto no se explica de forma evidente en el cómic, pero los tres personajes se encuentran en la sala de espera del sitio donde van a terapia. Y parte del diagnóstico puede verse en una pantalla de ordenador al final de la obra.

En ningún momento se explica tampoco de forma explícita el significado del título de la obra, sin embargo, la aquí firmante cree que hace referencia a dos temas distintos. Por un lado, en el ámbito animal un chacal es un depredador de tamaño mediano del género canis, y del que hay tres especies. Haciendo referencia a las tres protagonistas, y a algunas de sus características de personalidad agresiva, según la situación. Por otro lado, y en relación con esto, la palabra chacal hace también referencia a cualquier persona que tenga algún trastorno antisocial de la personalidad. Entre ellos el antes mencionado. Por lo que el título de la obra, así como su portada, nos da toda la información que podríamos necesitar de esta novela gráfica.

Hafid muestra a sus personajes a través de un gran número de viñetas donde escasea el texto. Como en su anterior obra, se centra en el contexto de los personajes y en sus decisiones ante situaciones cotidianas. En ésta pone de manifiesto la frustración, el cansancio, la incomprensión y la soledad de tres personajes muy distintos entre sí, pero unidos por la forma en que elles y la sociedad juzgan sus reacciones.

La portada de Chacales es un increíble ejercicio de síntesis por parte de Hafid ya que, tras la lectura de la obra, es posible encontrar en ella toda la información sobre el contenido de la misma. Ocurre lo mismo con su narrativa, una síntesis marcada por el color, el detalle milimétrico de la posición de cada elemento y la ausencia de texto más allá de un par de bocadillos. A su vez, Sapristi ha optado, de forma muy acertada, por una publicación de ciento veinte páginas a color en tapa blanda.

Chacales continúa la senda que Hafid abrió con El buen padre asomándose al interior de lo que nos convierte en humanos, y lo que nos hace diferentes entre nosotres. De lo importante que es el contexto y el entendimiento. Y cómo lo que es normal para unes, no lo es para todes. Con un apartado gráfico espectacular, y un guion capaz de hacernos empatizar con personajes que pese a no parecerse a nosotres viven situaciones que hemos podido vivir en cualquier momento. Hafid consigue hacernos reflexionar sobre nuestras acciones y, sobre todo, sobre nuestras reacciones en situaciones frustrantes.