BRZRKR, el violento debut de Keanu Reeves en los cómics

Los caminos de Hollywood y los cómics se han ido estrechando hasta, prácticamente, ser uno solo. Los ojos de la poderosa industria cinematográfica se han encaprichado de tal modo que, casi todas las grandes producciones con vocación masiva que llegan a la gran pantalla son adaptaciones de este medio. Uno que, en un principio, era para un público muy nicho y minoritario.

Sea como fuere y, por raro que sea, la cultura popular ha dominado todo. Y era cuestión de tiempo que grandes nombres y estrellas sintieran algo de interés por lanzarse a producir su propio contenido en el noveno arte. No es algo nuevo, pero sí que la frecuencia es cada vez mayor.  

Los resultados de que gente ajena se meta en un lenguaje impropio con el que puede estar más o menos familiarizada, pueden ser dispares.  Aquellos que solo realizan estas piezas de manera promocional y solo están para figurar tienen todas las papeletas de que el producto final termine siendo absolutamente anodino. Sin embargo, hay otros casos en los que esos grandes nombres participan verdaderamente en el proceso creativo y es ahí cuando se recogen frutos sustanciosos.

Un actor reconvertido en mito como es Keanu Reeves coescribe junto con Matt Kindt BRZRKR, una pieza que se ajusta como un guante de seda a la sensibilidad de y gustos del intérprete. Está hecho muy a su medida y en los parámetros que él ha decidido y eso se nota en todo momento.

Eso significa que, claramente, se ha realizado con vistas a una potencial adaptación, pero teniendo en mente que el cómic debe funcionar por sí mismo. Hay mucho esmero en que el contenido dramático, el lenguaje y todos los elementos que sacan partido al cómic estén presentes. Incluyendo, evidentemente, el asunto presupuestario (siempre será más barato incluir ideas extremas en un cómic que en una película). Por ese motivo, obviando las motivaciones que pueden haber sido el génesis de este proyecto, no se ha minimizar su impacto potencial del cómic por sí mismo.

Este es un cómic en el que el personaje fagocita absolutamente todo. Este primer número consiste, principalmente en la caracterización, presentación de reglas de juego y de los conflictos. Pero todo gira alrededor de la propia identidad del protagonista.

Se parte del misterio de quien es y por qué hace lo que hace. ¿De dónde nade su habilidad de la inmortalidad? Esta propuesta trae consigo algunas ideas filosóficas de calado envueltas en un cómic de acción cruda y hardcore. Consigue un punto en el que el lector se entretiene a la vez que se plantea algunas de las cuestiones que están subrayadas y verbalizadas (algo de subtexto hubiese venido bien a esta propuesta).

El cómic, que entra in media res, está contado a través de secuencias de acción combinado con una voice over en la que se hace un reconocimiento al protagonista. Es un recurso bastante manido y, la verdad es que aquí no se ha conseguido hacer nada que sea particularmente innovador, pero lo cierto es que se ha sabido manejar con mucho gusto.

El lector está perdido y necesita respuestas, al igual que los personajes. Y este arranque es una oferta para que les acompañes a obtenerlas. El misterio es un elemento claro y es una narrativa que promete ir construyéndose de forma pausada.

De algún modo, se ha alcanzado el ser una historia character driven en la que impera la peripecia, la acción y el más difícil todavía. No aporta nada nuevo y recuerda poderosamente a otros productos como La Vieja Guardia, pero queda por ver cómo avanza, qué puede aportar y cómo puede encontrar su propia identidad.

BRZRKR es un cómic sencillo que no reinventa nada, pero que todo lo que hace, lo hace bien. Eso es algo que no se puede decir de otras tantas novedades que llegan mes tras mes.

El arte de Ron Garney no podría haber sido más idóneo para una historia de estas características. ES un veterano que tiene un manejo muy potente de las secuencias de acción. Y este cómic da exactamente eso: violencia desenfrenada. Es por lo que destaca particularmente este primer número. Es un arranque hecho para que se luzca y el dibujante está a la altura.

Garney, además, consigue que todos los personajes transmitan mucho carisma. Especialmente un arisco protagonista, lleno de incógnitas. No consigue crear muchas imágenes que puedan persistir en la memoria, puesto que la estética de la propuesta es algo genérica, pero su estilo no da respiro y consigue hacer que todo crezca.

Los colores de Bill Crabtree son funcionales. Entiende qué colores debe aplicar y sigue, en términos generales, una máxima naturalista. No deslumbra, pero saca partido al arte de Garney. Es más interesante cuanto más expresionista es, y opta por serlo en los momentos de mayor intensidad dramática.

Planeta Cómic editará esta maxiserie en doce grapas. La primera de ellas incluye un epílogo de David Hernando y una breve entrevista con Keanu Reeves. 

BRZRKR es una pieza que deja ver con meridiana claridad las fuertes conexiones entre el cómic y Hollywood. De tal modo que se puede llegar a entender que este medio queda supeditado a ser el I+D de la industria audiovisual. Pero también demuestra que eso no tiene por qué ser malo. Tan solo, es otra manera de entender los cómics. Una con un potencial todavía por explorar.