Freebooters, la magistral reinvención del mito de Conan a cargo de Barry Windsor-Smith

A mediados de los noventa, y tras haberse desgastado en mil batallas editoriales, Barry Windsor-Smith había perdido totalmente la fe en la industria del cómic, a la que consideraba herida de muerte en términos de creatividad por la nociva y eterna repetición de clichés e historias formulaicas; Un notorio hartazgo que le llevó a concebir la revista Barry Windsor-Smith Storyteller, en la que ejercía como autor total y con la que, con carácter mensual y condición seriada, trató de insuflar nueva vida a géneros como la aventura heroica (Young GODS), la ciencia-ficción (The Paradoxman) o la espada y brujería (The Freebooters). Pese a su diferente condición, los tres títulos incluidos en esta revista editada por Dark Horse compartían una intención común: alejarse lo más posible del estereotipo, al que el autor londinense se refería como “el demonio de los cómics”.

The freebooters, o Los filibusteros, título con el que ha sido editada y recopilada la obra en castellano por Dolmen, siempre destacó por encima de los otros dos títulos. Teniendo en cuenta que Windsor-Smith defendía enconadamente  que los mejores números de la colección de Conan el bárbaro fueron los que él dibujó en su primera etapa en Marvel, resulta sorprendente la reformulación que aquí lleva a cabo de la figura del popular bárbaro de Cimmeria, al que sitúa frente a un espejo deformante. Su Axus el Grande es un avejentado guerrero aquejado por una crisis de mediana edad. Hace ya demasiados años libró a los habitantes de la ciudad de Shahariza de la diabólica amenaza de Ammon-Gra (aquel-que-no-puede-ser-nombrado, pero cuya continua mención da lugar a uno de los mejores running gags de la historia). Hoy, consume sus días regentando la taberna El Pavo real, donde representa para turistas aquella gesta, mientras le pone las cosas difíciles al Califa de la ciudad de Shahariza con actos de bandolerismo de baja intensidad al frente de las mermadas tropas de su Brigada Roja

La superlativa habilidad de Windsor-Smith para plasmar emociones humanas nos permite intuir, por debajo del lenguaje soez y actitud malencarada de Axus, una melancolía incurable, que asoma en su mirada triste y en sus silencios cuando no tiene a nadie enfrente para poder pavonearse. El ajado bárbaro es la cara más visible de un fantástico crisol humano, en el que también brillan su consejero y regente de la taberna,  Eeyeekaldu y su dulce sobrina Alita, o ese joven e impetuoso Aran, que ha llegado a la ciudad para advertir a la población de la inminente resurrección de Ammon, pero al que la condición de profeta le viene muy grande. Sus historias, anhelos y carencias atrapan irremediablemente al lector, gracias al prodigioso dominio del tempo narrativo del autor, que cocina las diferentes tramas a fuego lento mientras trabaja en la construcción de unos personajes que se definen principalmente mediante diálogos  –apenas hay aquí bocadillos de pensamiento o textos explicativos redundantes-.  Para potenciar su tridimensionalidad y fomentar el debate metatextual a costa del cómic mainstream, Windsor-Smith juega en ocasiones a enfrentarles con personajes instalados en al arquetipo –el joven guerrero Arcofuerte o el poeta Corolanus-

No encontramos en The freebooters monstruos del mes. Ni siquiera abundan las secuencias de acción propiamente dichas –y cuando suceden, se muestran con ironía desmitificadora o exageradamente teatrales-, más allá de peleas en tabernas o escaramuzas en combate de Axus y sus fieles. Tampoco se echan de menos. Forman parte de esas convenciones genéricas que Windsor-Smith siempre consideró “emocionalmente inmaduras e intelectualmente vacuas”, y que no tienen cabida en una obra que supone un desafío constante de las expectativas y que apela directamente a la inteligencia del lector.

The freebooters es una magistral condensación de todas las ideas que Windsor-Smith tenía en mente para recuperar el interés de los lectores en los comic-books. A las ya mentadas, cabe añadir un prodigioso sentido del humor –en ocasiones se tira de ironía inteligente, en otras se raya lo soez-, que a buen seguro agradará a los lectores de la saga Mundodisco de Terry Pratchett, con quien comparte el gusto por las deslumbrantes arquitecturas urbanas en las que se mezclan elementos de varias épocas, y por la forma naturalista que tiene de retratar a personajes legendarios en el crepúsculo de sus vidas.

Al valor intrínseco de la obra, que supone una feliz demostración del magisterio creativo de Windsor-Smith, hay que sumar la estupenda colección de extras que convierten este título en imprescindible. Es el caso del artículo de la revista Hogan´s Alley, que documenta cuatro días en la vida del autor mientras intenta sacar adelante los contenidos del número 11 de The freebooters (concebido para el número 10 de Storyteller, que nunca vio la luz por desavenencias con Dark Horse, pero que sí está incluido en esta recopilación). Intercaladas con las aventuras de Axus, este tomo incluye además numerosas anotaciones del autor sobre la naturaleza del proceso creativo y nos permite conocer sus frustrados planes de futuro para la colección, como esa serie de historias cortas en las que se abundaba en los conflictos personales de los personajes, de las que se ofrecen dos a modo de muestra, así como líneas argumentales descartadas, en las que, por ejemplo, se proponía recuperar a un antiguo amor de juventud de Axus, Isandra.

Aún más interesante es la inclusión de las páginas de una primera tentativa de The freebooters creada un año antes de la aparición de la revista Storyteller, y que Winsor-Smith descartó porque el ritmo y puesta en escena le parecían demasiado parecidos a los de un cómic convencional. Este material, en atractivo color sepia y de un carácter netamente épico, estaba basado en una serie inédita de los ochenta llamada The Journals of Aran, que a su vez serviría de inspiración para Archer & Armstrong, la serie que realizó el autor para Valiant.

Después de tan solo nueve números y escasas ventas, Dark Horse pidió a Windsor-Smith que relanzase las tres historias de Storyteller en forma de comic-book independientes. El autor se negó en redondo y dio carpetazo a las colecciones –con las tramas aún sin concluir- con una alucinógena fiesta de despedida en la que los personajes de las tres series comparten viñetas y pensamientos en una antigua mansión italiana con vistas al Mediterráneo; una idea sugerente, pero de ejecución confusa, que no alivia la frustración de no poder leer ese enfrentamiento final entre Axus y Ammon-Gra al que parecía encaminarse la historia. Solo queda esperar que un material con ese potencial pueda ser retomado algún día por su autor.