De gustos, sueños e historias – Lo mejor de Vértigo

Una vez establecido el marco de relevancia del sello Vertigo, también preguntamos a los mismos guionistas, dibujantes, editores, críticos y divulgadores por su serie favorita de esta línea. Una selección, como todas ellas, que obedece a los gustos de cada lector de las míticas obras que conforman Vertigo.

Sin duda, hay que hacer un esfuerzo para elegir solo una y, de hecho, algunos de los entrevistados advierten, como si fuera una señal de peligro, que según el día elegirían un título u otro. Como establece Valeriano Bozal, “el gusto se ejerce todos los días y a todas horas”. Así que cualquier selección es intencionada y a la vez caprichosa y no busca ningún canon. En todo caso es un espejo de los lectores que son y fueron los participantes.

El gozo por los tebeos

El periodista y crítico especializado en cultura popular Alex Serrano, que  fue un lector apasionado de Vertigo durante los noventa, confiesa: “disfruté mucho con ‘Sandman’, el ‘Hellblazer’ de Ennis y Dillon, ‘Sandman Mystery Theatre’ y cosas como ‘Enigma’, ¡Human Target’, ‘The Losers’, ‘Kill Your boyfriend’ o ‘Invisibles’ e incluso de la época menos Vertigo de Vertigo con ‘Northlanders’, ‘Y, The Last Man’, ‘DMZ’ o ‘Scalped’. Pero la serie por la que siempre sentí una debilidad especial fue ‘Shade, the Changing Man’. Creo que Peter Milligan y Chris Bachalo (con la aportación de otros dibujantes muy interesantes como Glyn Dillon, Phillip Bond o Sean Phillips) consiguieron algo muy especial con una serie en la que ambos crecieron muchísimo como autores, con un aire sofisticado, sexy e imprevisible que, aún hoy, conserva gran parte de su encanto”.

Sin duda alguna, uno de los cómics Vertigo a reivindicar que en la sociedad actual cobra un mayor significado es ‘Shade, el Hombre Cambiante’. Este personaje es enviado para combatir la locura de este mundo, que hoy parece incluso más loco que en aquellos años 90. Otra forma de cómo la cultura popular es una referencia para nuestros discursos vitales.

Quizás ‘Sandman’, quizás ‘Predicador’, quizás ‘Fábulas’. Depende del día. Para mí, son las tres mejores series de Vertigo, las que me apetece releer siempre”, comenta el editor Marvel en España, Julián Clemente. Lo mismo (o casi) le sucede a la historiadora del Arte, Iría Ros, cuando dice: “mis series favoritas de Vértigo son tres. Pero tiene truco. ‘Sandman’, ‘La Patrulla Condenada’ y ‘Predicador’. Las dos primeras empezaron publicándose en DC, pero con el sello de Vertigo cuando se recopilaban los capítulos. Cuando DC creó el sello Vertigo, directamente pasaron ahí la publicación.”

Todas estas son obras que han contribuido a legitimar la posición de los tebeos en un espacio cultural generalista de la sociedad, aunque todavía queda trabajo por hacer.

El cineasta David Galán Galindo nos comenta que si echa mano a las obras que considera Vertigo tiene que decir ‘La Cosa del Pantano’ o ‘Animal Man’. Incluso ‘V de Vendetta’ o ‘La Patrulla Condenada’. “Pero me parecería hacer trampa, así que, contra todo pronóstico, porque amo ‘Sandman’, voy a decir ‘Fábulas’. Conecté mucho con esos cómics; el día que salían eran los primeros que leía, realmente los viví muy al día hasta el final. Eso influye bastante, porque a ‘Sandman’ llegué con la función ya empezada (a punto de acabar, de hecho) y aunque seguramente sean mejores cómics, los tengo un ápice menos de cariño. También viví intensamente ‘Y: el último hombre’, pero creo que su último tramo no aguanta tan magníficamente como los primeros setenta y cinco números de ‘Fábulas’”.

Por su parte, el dibujante Pepo Pérez recuerda que le gustó mucho en su momento ‘Human Target’, de Peter Milligan, Edvin Biuković y Javier Pulido, “era una serie fresca y sorprendente. Ficción de género con un «twist» más adulto y hasta cierto punto experimental, que es a lo que aspiraba en general el sello Vertigo. ‘Heavy Liquid’ y ‘100%’ de Paul Pope también me gustaron bastante en su día, un acercamiento personal al cyberpunk, y muy plástico en dibujo y diseño”.

Fijar las viñetas y los gustos

Los gustos de cada persona se van modificando con el paso del tiempo. De este modo, lo que vemos y leemos conforma un espacio invisible que va construyendo nuestro gusto e incide en lo que somos y hasta en las relaciones que establecemos con los demás. El divulgador Bamf comenta que siempre es difícil elegir el favorito de cualquier cosa: “El sello Vertigo tiene un gran recorrido, además de mucha joya oculta. ‘Y: el último hombre’ me marcó, muchas etapas de ‘Hellblazer’ me marcaron, a veces olvidamos que maravillas como ‘Daytripper’ pertenecen al sello Vertigo, pero tengo que tirar de galones y, aunque más de la mitad de la cabecera se publicara fuera del sello, sin duda me tengo que quedar con ‘Sandman’. Me pilló en la edad adecuada y con la apertura de mente correcta tanto a nivel de temas humanos, como de mayor permeabilidad hacia estilos de dibujo más feísta, ganas de salir de mi zona de confort, etc. De hecho, ‘Sandman’ no solo despertó en mí muchas cosas a nivel formativo-social, sino que fue probablemente uno de los títulos que mejor me enseñó que un dibujo no es «bueno» porque sea «bonito» y «malo» porque sea «feo», sino que hay dibujos apropiados y no apropiados según el tono de las historias que se quieran contar. En lo secuencial, Gaiman no ha vuelto a escribir nada que me haya gustado tanto como esto y, aún a día de hoy, su estilo de «cuento para adultos» sigue siendo el tipo de narración que más me conmueve en casi cualquier formato (y en muchas ocasiones, mi vara de medir)”.

‘Sandman’ es la obra que más votos ha recibido. Uno de los siete eternos que nos coloca frente a nuestras máscaras. Unos cómics preñados de referencias culturales que fomentaron (y fomentan) la conversación más allá de lo que se suele adscribir al género de superhéroes estandarizado.

Aun a riesgo de resultar poco original, elegiría ‘Sandman’”, cuenta David Fernández, editor de ECC Ediciones, que justifica su decisión “por el impacto que me provocó su primera lectura, por abrirme la puerta al universo de Vertigo y por las cotas de calidad que alcanzó la saga gracias a la imaginación y el talento de Neil Gaiman y de algunos de los dibujantes más brillantes del medio”. También Kauldi Gilibert opta por esta obra aunque sea poco original, se disculpa, para afirmar que “la obra magna de Gaiman fue la muestra por donde más alto puede llegar el sello. y que creo que no se ha superado. Un tratado de la vida, la muerte, el sueño y las historias”.

Situar el cómic

Lo que parece indudable es que la narración secuencial (y Vertigo jugó un papel importante) está hoy en día mejor situada ‘socialmente’. Esta posición más preeminente tiene que ver con muchos factores, que van de la globalización a que los lectores que van de los 35 a los 50 años tienen más poder adquisitivo y exponen en sus discursos con naturalidad la influencia de las viñetas, las series de televisión u otras expresiones más populares. Con todo, los prejuicios siguen existiendo. De ahí, que los títulos que salieron de Vertigo y los previos que luego se incluyeron en el sello potenciaran ese avance o esa reposición en la evolución lógica de cualquier lector. Esa es la senda del escritor David Aliaga, que tiene clara su elección: ‘Hellblazer’, “la descubrí cuando era adolescente y me impactó porque era un tebeo con un tono bastante distinto a los que yo había leído hasta entonces. Obviamente, ‘La Patrulla X’ tiene etapas muy políticas y combativas, pero en sus páginas ese diálogo se establece de forma discreta, bastante civilizada… En cambio, Jamie Delano o Garth Ennis, en ‘Hellblazer’, eran profundamente contestatarios, muy punkis, y usaban el sistema para lanzar mensajes bastante descarnados contra ese mismo sistema. Pero pasado ese impacto inicial, con los años ha seguido siendo mi preferida no sólo por su forma de abordar las cuestiones sociales y tratar de colocarlas en un espacio visible, también por cómo emergen en sus viñetas temas como la relación entre la magia y la creación artística, sobre el papel del ritual… que me interesan mucho”. También para el guionista Paco Hernández su serie favorita fue ‘Hellblazer’, porque “el carisma de su protagonista era abrumador y lo odiabas y amabas a partes iguales. Esperaba ese gran momento heroico que confirmase que todos nos equivocábamos, sin embargo John Constantine no es así, y cuando descubres realmente cómo funciona el personaje es cuando encima todavía amas más esa obra”.

El podcaster de voz profunda e inolvidable Iñigo Rodríguez tiene claro que su tebeo de esta línea es ‘Predicador’. “Significó mucho para mí en su momento. Su mezcla de humor cafre con honor, amor y personajes de los que enamorarme parecían hechos para mí”.

Mientras que Iván Galiano de Jot Down se inclina por ‘V de Vendetta’ de Alan Moore y David Lloyd. Galiano argumenta que “es una obra escrita con minuciosidad en la que tanto los textos de Moore como la narrativa visual de Lloyd tienen vida propia y hacen confluir prosa y cinemática de una forma que sólo el cómic puede albergar. También por lo elaborado de su historia y su riqueza referencial anclada tanto en la ficción como en la realidad del momento, haciendo de ella una obra tan impactante como necesaria. Aunque es cierto que la imagen del fascismo que se ilustra en la obra queda un poco anticuada en tanto el fascismo opera hoy de otra forma, el mensaje esencial de ‘V de Vendetta’ no pierde su vigencia”.

Comunidad pantanosa

Ahora bien, antes de Vertigo su base fue pantanosa. Alan Moore junto a varios dibujantes anticipó lo que sería este sello clave en la evolución del noveno arte. La fuerte intención social, ecológica…, la estructura del guion y su clara ambición del medio hicieron que desde aquella “Lección de Anatomía’ la narración secuencial abriera otras bifurcaciones a través de un personaje que no tenía los visos estandarizados para el éxito, sin embargo, Moore logró un personaje que pareciera real, además de resultar atractivo, interesante, autónomo y que dimensionara las historias que protagonizaba. Algo de esto debe estar en la decisión de Nerea Aguirre cuando comenta que a pesar de la difícil pregunta de decidir solo un título de Vertigo “sobresale ‘La cosa del Pantano’ de Moore, Totleben y Bissette. Es una lectura que he terminado hace no mucho y con 32 años me ha volado la cabeza en infinidad de sentidos. Aunque en origen no es una serie Vertigo, esta obra fue uno de los catalizadores que hicieron posible la creación del sello. Nunca hubiera imaginado que un monstruo hecho de material pantanoso, pudiera encajar tan bien en el papel de héroe y mucho menos que llegara a empatizar y quererle tanto. Más allá del personaje, cada historia es capaz de provocar exactamente la emoción que pretende en el lector (miedo, asco, impotencia, ansiedad, rabia, emoción, amor…). Y esto me lleva a mencionar precisamente la cantidad de temáticas corales que se tocan a lo largo de la historia, siempre con un hilo conductor que nos lleva hacia algún sitio más épico aún pero deteniéndose a saborear cada parada del camino. Es un canto a lo elemental, una mirada hacia lo que de verdad importa, una reivindicación de la naturaleza como protectora de la humanidad, un paseo por nuestros miedos y deseos, una llamada de atención, una caricia para los ojos y un regalo para el lector”.

En unos términos similares se expresa Antonio Monfort, para el que ‘La Cosa del Pantano’ también es su serie favorita. Dice: “La razón es muy simple. Para mí demuestra a la perfección lo excepcional del enfoque Vertigo. Una serie que estaba destinada a ser poco más que un tebeo de monstruos de pronto se convierte en algo muchísimo más profundo, interesante y complejo por el buen hacer de un escritor magistral a quien se le da rienda suelta para aplicar su creatividad lejos de las restricciones habituales del medio. El resultado es historia del comic USA”.

Tal vez el mayor logro de este sello es el proceso de legitimación de los cómics, porque es un proceso que sigue en marcha, que busca consolidarse de un vez por todas. De ahí que sigamos buscando más iniciativas como las que dirigió durante veinte años Karen Berger.