Spiderman: toda una vida… de pasarlo mal

Tempus fugit

El tiempo es el enemigo de las franquicias de ficción. Si aplicáramos a los personajes de ficción el inexorable paso del tiempo Carlitos y sus amigos serían octogenarios y el pobre Snoopy… Por poner otro ejemplo, Homer ya andaría por los 66 años porque su licencia de conducción indicaba el 12 de mayo de 1956 como fecha de nacimiento, pero su familia y él llevan 32 años estancados en la misma edad a pesar de que les han pasado cosas para llenar tres vidas.

Umberto Eco, en su libro Apocalípticos e integrados (1964) se maravillaba de cómo Superman se reiniciaba tras cada aventura, que no dejaba poso en él ni emocional ni temporalmente. Durante décadas los personajes de cómic han vivido eternamente en un periodo vital muy determinado del cual no escapaban. La razón fundamental probablemente sea el miedo a que un cambio en la edad de los personajes conllevara un cambio en su status quo y, por tanto, en su popularidad. Eso se traslada incluso a las franquicias cinematográficas. A nadie le interesarían las aventuras de un James Bond octogenario lo que, duración de contratos de actores aparte, motiva que cada 15 años se cambie al actor protagonista. Sin embargo, otras franquicias no le tienen miedo al paso del tiempo. Por ahora el UCM o Star Wars no tienen reparos en envejecer personajes sin hacer recasts, al igual que Alejandro Dumas hizo a sus mosqueteros, o Conan Doyle con Sherlock Holmes o Rice Burroughs con Tarzán, que iban sufriendo cambios en sus biografías que indicaban el paso del tiempo para ellos. En el campo de las tiras de prensa también tenemos ejemplos como el Terry Lee de Terry y los piratas, creado por Milton Caniff, que en 1934 era un niño y en 1973 un coronel del ejército americano. Pero esto no era la norma en los cómics, hasta que llegó, sí, él, Stan Lee.

Stan Lee tuvo claro desde el principio que el cambio era fundamental para el desarrollo e interés de los personajes y que ello significaba que el tiempo pasara por ellos y casi a la misma velocidad que para los lectores. Casi. Pensemos en Peter Parker. Si la araña le picó en su ultimo año de Instituto, tenía 17 años en ese momento (aunque desde Civil War haya cambiado a los 15 años). Amazing Fantasy nº 15 se publicó en 1962 y Peter se graduó en el nº 28 de Amazing Spiderman de 1965 significaría que para él habría pasado un año y para los lectores tres. Su graduación en la Universidad se publicó en el nº 185, en 1978. Fueron 13 años para los lectores y 4 o 5 para el personaje y, por ende, para el resto del Universo Marvel. Para entonces estaba claro que el tiempo Marvel iba más lento que el tiempo real y que además a medida que pasaba el tiempo real el tiempo Marvel se iba ralentizando, de manera que en la actualidad cada año Marvel son cinco años nuestros. Por ello hace mucho tiempo que no se dice que Los 4 Fantásticos nacieron en 1961, sino que lo hicieron hace 15 años. Es decir, el punto de referencia es el presente y se cuentan años hacia atrás. Es lo que se da en llamar “Escala Temporal Deslizante” y el concepto lo introdujo John Byrne cuando estableció que, cuando él había empezado en 1981 a escribir Los 4 Fantásticos los personajes llevaban 7 años de aventuras. DC, por supuesto, adoptó la misma estrategia a partir de los 70.

Según esto Peter ahora tendría 32 años, o 30 si tenemos en cuenta el recotneo que se produjo en Civil War y la araña le habría picado en 2007. Y en 2031 tendríamos que decir que fue aproximadamente en 2016. Ha habido bastantes intentos por los demás muy discutibles de hacer corresponder los años reales con los años Marvel. Si representáramos en el plano los puntos cuya primera coordenada son los años reales desde 1961 y la segunda coordenada los años Marvel desde el accidente de los 4 Fantásticos, tendríamos la gráfica tras este párrafo. El punto (32, 11) indica que el año 1960 +32=1992 corresponde con el 11º año de vida de Los 4 Fantásticos. Los datos los hemos sacado de un estudio realizado por el historiador estadounidense Troy Smith para su tesis doctoral. Esta distribución de puntos nos recuerda mucho a una función logarítmica, lo cual es lógico porque para estas funciones cuanto mayores son los valores x, más lentamente crecen, justo el comportamiento que se espera del tiempo Marvel. Con la función f(x)=-10.24+6.22ln(x), podemos tener una aproximación bastante decente siendo ln el logaritmo neperiano y x los años que han pasado desde 1961 en tiempo real, dando como respuesta cuantos años han pasado en la Tierra-616 desde la aparición de los 4 Fantásticos. Así en 2061 habrán pasado unos 18 años y en 2161, de mantenerse el ritmo actual de crecimiento, dirían que han sido 23.

En 1996 un fan escribió a Stan Lee preguntándole por qué los personajes Marvel no envejecían a ritmo normal, a lo que Lee contestó en su columna Bullpen Bulletin: “Yo intenté esa idea con Peter Parker, que empezó en el Instituto, siguió en la Universidad y luego se casó. Por supuesto admitiré que tenía 17 años en el 63 y ahora, más de 30 años después, solo ha envejecido cinco años o así. Pero, eh, digamos que los tipos del Bullpen no son muy buenos en matemáticas. Además, aunque las revistas se publican cada mes, muchas de las historias suceden en el espacio de uno o dos días, por lo cual treinta revistas serían como un mes de tiempo real. Y no me pidas que lo explique, estoy tan confundido como tú.” La explicación real ya la hemos dado: envejecer personajes no es rentable.

Sin embargo, ha habido algunos intentos de asimilar el tiempo real al tiempo-cómic. Además de la citada tira de Terry y los Piratas, las protagonistas de Love and Rockets envejecen al mismo ritmo que sus autores, los hermanos Hernández, al igual que Savage Dragon de Erik Larsen ahora está protagonizado por el hijo del Dragon original, Malcolm, que ya tiene a su vez descendencia. Otro ejemplo de serie donde los personajes envejecen en tiempo real sería Astro City de Kurt Busiek, Alex Ross y Brent Anderson. Y no podemos olvidar la que probablemente sea la última obra decente de John Byrne, Superman & Batman: Generaciones donde los Mejores del Mundo se conocían en 1939 (luego resulta que Superman fue Superboy en los años 20) y veíamos cómo pasaba el tiempo por ellos y por sus descendientes en 1949, 1959 y así sucesivamente, algo muy parecido a lo que ha hecho Chip Zdarsky en Spiderman: Toda una vida.

Un gran poder es una gran putada

Zdarsky se marca unas pautas muy claras. Va a narrar una biografía de Spiderman asumiendo que Peter Parker nació en 1947 y que obtuvo sus poderes en 1962, justo el año en que fue creado el personaje. A partir de ahí Peter va a crecer a ritmo normal y cada número de la miniserie contará acontecimientos de su vida enclavados en una década concreta. Seis décadas, seis números, con la particularidad que los acontecimientos narrados tienen relación con los acontecimientos narrados en las colecciones del personaje en cada década, en un ejercicio de metalenguaje que es un guiño constante a los fans de Spiderman y además los ambienta social y políticamente de manera acorde. La elección de los momentos concretos no deja de ser un “Grandes Éxitos” del trepamuros, aquellas historias que están grabadas en la mente de los aficionados, con alguna ausencia notable.

Así, los 60 unen la revelación de que el Duende Verde es Norman Osborn y que sabe la identidad secreta de Spiderman con la Guerra del Vietnam en la que participa Flash Thompson, como participó en su momento el personaje en los 60. El leit motif del poder y la responsabilidad es la constante en toda la serie, no podía ser de otra manera, pero Zdarsky le da un giro lógico pero poco explorado: ¿en qué consiste la responsabilidad? ¿Qué es más responsable, intervenir en la guerra o no? Alrededor de Peter el guionista introduce a varios de los pesos pesados de Marvel, como Reed Richards, Tony Stark o Steve Rogers, estableciendo que la relación entre Iron Man y el Capi nunca fue buena desde el principio. No hay, sin embargo, mención de Spiderman no more, uno de los momentos más memorables de esa década, quizás por no repetirse más adelante.

En los 70 la trama une la primera saga del Clon con, era inevitable, la muerte de Gwen y la drogadicción de Harry Osborn en una época en la que las drogas asolaban las calles de Nueva York, añadiendo la también obligada presencia de Mary Jane. Los 80 de Spiderman también fueron movidos: las Secret Wars, el traje negro, el matrimonio con Mary Jane y la saga de Kraven que, de nuevo, son unidos en una única trama con brillantes resultados incluyendo la situación de tía May, que sigue vivita y coleando en ese momento. También son los años de Watchmen y, como allí, la posibilidad de una guerra nuclear toma forma en este caso en una memorable escena protagonizada por la Visión.

Los 90, con un Peter ya camino de los 50 que tiene una relación con Jessica Jones y ya nota el peso de los años, retoma la Saga del Clon, con Ben Reilly y un Octopus que toma más protagonismo que el que tuvo en esta década y, en un ejercicio de historicismo, remata la trama de esta década con el desenlace previsto para la Saga del Clon que, finalmente, fue abortado. Los 2000 mezclan a Morlum y la Civil War y les da protagonismo a los hijos de Peter y Mary Jane y los 2010 introducen a Miles Morales y el Superior Spiderman en un 2019 donde el Peter Parker de 72 años es la última esperanza de libertad para un mundo dominado por el Doctor Muerte.

Cada capítulo acaba con una escena más trágica que el final del capítulo anterior, machacando con la idea de que el poder no conlleva responsabilidad, sino sufrimiento y, respecto al personaje, ni siquiera en su vejez puede despojarse de la culpabilidad por la muerte de su tío Ben en unas escenas finales que, me consta, han provocado más de una lágrima a los fans del personaje.

La elección de Zdarsky para esta miniserie no es extraña dada su brillante etapa en Peter Parker Spectacular Spider-Man, y aún menos que el ilustrador sea Mark Bagley, que se fogueó con el personaje en los 90 y lo trajo al siglo XXI en Ultimate Spiderman. Bagley cumple con la solidez y profesionalidad que le caracteriza, aunque hay que reconocer que el resultado es irregular debido al entintado de John Dell mientras que los capítulos pares, entintados por Andrew Hennessy brillan especialmente. Mención aparte merecen los distintos uniformes que va luciendo Peter Parker a lo largo de las décadas. Aunque los nuevos diseños están muy bien, palidecen a cómo Bagley dibuja tanto el traje original como el traje negro.

Spiderman: Toda una vida, recopilada por Panini en un resultón tomo, triunfa en todos los planos: el argumental, el narrativo, el historicista, el metatextual y el emotivo y ha creado escuela. Además de un reciente Anual enclavado en esta Tierra-19529 que pone el punto de mira en JJ Jameson y que Panini editó en diciembre, Marvel está publicando un proyecto análogo con Los 4 Fantásticos guionizado por Mark Russell que guarda asombrosos paralelismos con la película No mires arriba. Pero esa es una historia para otra vida.