Palabra de editor 33 – Este tebeo del que usted me habla

Palabra de Editor es la columna de opinión de Pedro F. Medina (@Studio_Kat), Editor Jefe, responsable de licencias y redes sociales de Fandogamia (@Fandogamia) y periodista con una faceta nada oculta de showman en los eventos de cómic y manga.

Decíamos la última vez que las editoriales trabajan de forma muy diferente con la prensa especializada en cómic, y que esta “prensa especializada” es un concepto que abarca a pocos medios profesionales y mucho escenario amateur, pero hoy quería referirme específicamente a las copias de prensa. El espectro de protocolos es muy amplio: desde aquellas editoriales que no envían copias ni a tiros (Milky Way, en general) a aquellos que llegan a hacer incluso ediciones específicas para prensa (como hizo Norma Editorial con Contrapaso). Entre quienes mandan ejemplares para reseñar hay quienes estampan un sello de OBSEQUIO/PROHIBIDA SU VENTA en el lomo o en el interior, están aquellos que solo envían ejemplares tarados, y luego otros inocentes ilusos que enviamos los cómics tal cual, sin diferencia ni marca respecto a los que están en las librerías y se venden a su PVP normal. Y después hay un mercado de segunda mano en Wallapop bastante sospechoso, aunque no quiera malpensar…

En nuestro caso, intentando ser más eficientes conforme la F crecía, pasamos de enviar material a distintos medios (sin previo aviso en muchos casos, pero más o menos seleccionado) a tener un formulario web en los emails que mandamos de forma mensual para que cada divulgador/a escoja qué quiere que le llegue, haciendo hincapié en que nos interesa que se muevan tanto las novedades como el fondo de catálogo. Tan solo hay tres personas a las que les enviamos absolutamente todo, sistemáticamente, mes tras mes, más por colegueo que por otra cosa: el resto solicitan los ejemplares que quieren recibir. He obtenido respuestas muy diferentes: que mucho mejor así, porque ya no les cabe más material y así pueden programar su recepción; que no, que mejor les pase el cómic en PDF si es posible para que puedan leerlo cuanto antes; que es un rollo estar al acecho cada mes, que les envíe directamente lo que crea que les va a interesar; que en PDF no lo envíe porque les agota mucho leer en pantalla; que me puedo ir al carajo; NS/NC. Con estos dos últimos sin duda las cosas son más fáciles por tajantes, con el resto hay que lidiar como se pueda.

Hoy mismo un par de sitios web han publicado reseñas nuestras, del cómic de John Wick y del manga Historias Absurdas. No han sido muy positivas, para qué engañarnos: la primera dice que te tienes que haber visto las pelis antes y que a menos que seas muy fan de la saga no vale la pena leerlo, y en la segunda comentan que ese tipo de humor tan absurdo no les encaja y que no han conectado con su contenido. Y mira, es lo que hay. Son reseñas derivadas de haberles enviado copia de prensa, lo puedo atestiguar. Pero incluso así la difusión ha tenido sentido: en el primer caso leo en Twitter que hay quienes han descubierto (con efusividad) que existe un cómic basado en John Wick a través de esa reseña, y en el segundo hay quienes comentan que a ellos sí les encajó el humor que destila el manga de Arai Rie. Así que no hay mal que por bien no venga. Las reseñas, la divulgación, expandir la palabra de Fandogamia nos ayuda a alcanzar a aquellos a quienes todavía no llegan nuestras ramas. La visibilidad está por encima de todo, incluso de una mala crítica.

Ha habido casos en los que estuve a punto de mandar a tomar por saco todo el tema de los envíos de prensa. Una web de videojuegos que, de pasada, hacía reseñas de algunos mangas que leían a través de scans (¡!) nos pidió ejemplares de Corazón de Melón. Teníamos amistades comunes y les hice llegar los ejemplares. La reseña no solo obtuvo la peor puntuación de entre todas las que habían publicado en su portal (recordemos, a través de lecturas de dudosa legalidad), sino que ponían el acento en el flaco favor que le hacíamos al feminismo y al empoderamiento de la mujer publicando un manga sobre romance pasteloso en el que los chicos son el único objeto alrededor del que se mueve la trama. HOSTIA. PUTA. No solo me comí una reseña de mierda sino que, además, me señalaron como agente propagador de cuestionables valores. Que entiendo que el tebeo en sí no es la cúspide de la literatura, basado en un videojuego rollo otome que exige a sus jugadoras (y hablo en femenino porque está claramente enfocado a ellas) un montón de tiempo y, a falta de este, gastar dineros para desbloquear objetivos… pero incluso así, muy bien no me sentó.

Es la única vez que he solicitado una corrección en la reseña, ni que fuera por misericordia. La única modificación que hicieron fue subirle la nota al manga a un 7 y el contenido de redacción se quedó tal cual (por cierto, ¿qué es eso de puntuar los putos tebeos a estas alturas? ¿Es que vamos a ganar una medalla? ¿Hay un maldito ranking? ¿Las 40 Lecturas Principales?).

No les envié más cómics. La web cerró hace un tiempo.

Salvo este caso, no recuerdo algún otro en particular por el que me sintiera obligado a actuar o responder de alguna forma. No hace falta. Es curioso como cada vez más la reseña pierde efectividad en favor de la mención. A mí me vale con salir en las redes. Material que repostear y compartir. Reconozcámoslo: ni siquiera hace falta que nadie lea lo que has escrito. Las microrreseñas cobran fuerza porque requieren menos tiempo de composición (que no esfuerzo, porque la buena síntesis pide inteligencia y dedicación) y nutren las redes de posteos. Así que, en realidad, las menciones son lo que está por encima de todo. Has ganado la batalla cuando, por mecánicas de mercadotecnia o por simple interactividad, tus lectores son tus principales difusores (léase Tomodomo o la mencionada Milky Way) porque ya no necesitas a nadie más que haga ese trabajo y te puedes centrar en lo que de verdad importa: publicar los malditos tebeos.

Dice la leyenda que enviar copias de prensa es una manera de que los divulgadores conozcan tu trabajo. Que es la forma de salir en listas de prescripción. Pongamos las cartas sobre la mesa: desde que comenzó el año hemos enviado 162 ejemplares de prensa. Solo tres de ellos fueron el SÁCAMELO TODO de Guillermo Lizarán, pero la semana pasada lo incluyeron en la lista de Esenciales del primer semestre. Que. Alguien. Me. Lo. Explique. Equis. De. Enviar copias de prensa es lanzar una moneda al aire, pero la edición tiene un ritmo tan suyo que no da tiempo a ver cual es la cara que queda boca arriba porque la imprenta ya vuelve a rodar.

Dos últimos apuntes antes de zanjar esto y acudir voluntariamente al patíbulo: no soy partidario de las promociones en las que los medios reciben material (desde un tebeo especial a una caja de pizza, por ejemplo) que los lectores no van a poder adquirir. ¿Qué sentido tiene enviar esas cosas? ¿Que todos puedan ver el soborno? ¿Que alguien se eche el pisto, como cuando los expositores pasamos por la puerta de acreditados dejando atrás a la gente que hace cola en los eventos manga? Y, por otro lado, varios colegas del medio me han dejado caer, ¡desde muy distintos sectores!, que el hecho de que las grandes editoriales envíen muchos ejemplares de prensa beneficia también a las editoriales pequeñas por una regla de tres: habitualmente los divulgadores son lectores natos que invierten (bastante) dinero cada mes en sus colecciones, así que si les llegan por arte de prensa copias de cosas que quieren (y se comprarían de todos modos) tendrán más dinero para adquirir otros tebeos más arriesgados, de otras casas más modestas, y así poder incluirlos entre sus contenidos.

Así que besitos y muchas gracias, Astiberri.