Todos los detalles y spoilers del gran final de Loki y su escena post-créditos

Bueno. Así que acabas de ver el último episodio de la primera temporada de Loki, un punto y seguido en la historia del esquivo príncipe de las mentiras de Marvel Studios en Disney+. Tenemos que hablar de ello.

Por supuesto, a continuación encontrarás SPOILERS, avisamos

El episodio final de Loki ha logrado algo extraordinario que sí que no vimos venir. Tras la experiencia de Wandavision quedamos escarmentados, creíamos, y aprendimos a dejar ir nuestras apuestas locas, a disfrutar del camino. Así pues, llegados a este episodio final podríamos diferenciar dos tipos de esperanzas: las expectativas realistas, que trataban de apaciguar nuestro corazón diciéndonos que no esperasemos ver nuevos rostros azul añil el día de hoy, y los deseos arrojados, que recordaban a nuestra razón insistentemente las pistas que habíamos recogido por el camino. Si Marvel Studios nos había reeducado para hacernos comprender que juegan con nuestras expectativas, este episodio final lo ha hecho de nuevo, pero a la inversa, dándonos aquello que no nos atrevíamos a esperar ver todavía.

Dejémonos de rodeos: una vez superada la neblina cósmica y atravesadas las puertas azabache de la fortaleza que se descubrió ante ellos –toda entera cubierta de fracturas, reparadas con oro siguiendo la técnica kintsugi japonesa–, Loki Laufeyson y Sylvie Laufeydottir se encuentran, cara a cara y espadas en mano, con el personaje interpretado por el actor Jonathan Majors. Majors, recordemos, fue anunciado como Kang el Conquistador para la próxima entrega del Hombre Hormig… digo, Ant-Man y la Avispa: Quantumania, cuyo estreno se espera para 2023. Aquí, sin embargo, su personaje nos es presentado como He Who Remains, El Que Permanece, el creador de la TVA y cuidador de la Línea Temporal. Cierto es que más tarde, entre sus muchos motes cosechados en sus muchas vidas, se incluye el de Conquistador… pero no es nombrado Kang. Aún no.

Voy a permitirme una pequeña confesión personal, y es que la noche anterior a la emisión de este episodio me encontré releyendo, por circunstancias ajenas y casualidades deliciosas, el inicio de la etapa de Mark Waid al frente de Los Vengadores post-segunda Civil War. El arco de la Primera Guerra de Kang. Y lo vi claro. Y, aún así, escribo estas líneas desde la sorpresa más absoluta.

Una vez terminada esta confesión, volvamos a la escena. En la fortaleza desde la que El Que Permanece observa el flujo del tiempo, desde su “despacho”, el Conquistador parece dirigirse al espectador al comentar cómo espera que su condición humana, de carne y hueso, no sea una decepción… y narra para ambas variantes de Loki su historia. Demuestra ser el autor de sus historias, de todas las historias, el corrector de La Historia. Desvela, con aires muy teatrales, el pasado (futuro para nosotros) de una de sus variantes como científico en la Tierra del siglo XXXI. El relato que nos ofrece es muy muy similar al visto en Avengers #4, de 2016, guionizado por Mark Waid e increíblemente ilustrado por Mike del Mundo (y no sería la primera muestra de admiración de los guionistas de las series Marvel en Disney+ por esta obra: fue también aquí donde Waid nos ofreció el debate entre Visiones en el que utilizan la paradoja del Barco de Teseo).

Esta variante de Kang, o su yo futuro Immortus (vamos a llamarle por su nombre), y todas las demás, descubrieron la existencia del Multiverso de realidades paralelas y crearon una suerte de Consejo de Kangs para colaborar en su investigación. Sus motivaciones parecieron alineadas sólo brevemente, y la paz (narcisista, dice él mismo) entre variantes duró poco. Mientras la colaboración entre ellos les ayudó a mejorar universos ajenos, el egoísmo triunfó, pues no todas las variantes poseían un corazón “tan puro” como el que nos habla.

Y el que nos habla es, ni más ni menos, que quien puso fin a la guerra sin cuartel que se dió entre universos, entre Kangs. Quien nos habla fue quien dominó a Alioth, la criatura a la que Sylvie tuvo que encantar junto a Loki para llegar a donde están, y con su poder consiguió acabar con La Guerra Multiversal. La historia de los Guardianes del Tiempo es un dogma con el que engañar y motivar a los peones de la TVA, pero el fondo, la voluntad de salvar la Línea Temporal, es real según este Kang. Lo sabe todo, lo ha visto todo. Es él quien asfaltó el camino a ser caminado por todos los intérpretes de La Historia del Universo. Se reconoce dictador, villano, como todos los presentes en la habitación. Reconoce lo problemático de sus métodos, pero deja clara la absoluta necesidad de los mismos frente a sus peores variantes, quienes son la respuesta cuando Loki le pregunta de qué tiene tanto miedo. “Si creeis que soy un villano, esperad a conocer a mis variantes”, promete.

Curiosamente, pese a mostrar el pasado de Ravonna como directora escolar, no se establece relación entre ella e Immortus/Kang. Ravonna Renslayer parte “en busca del libre albedrío”, con destino desconocido facilitado por la siniestra Miss Minutes, dejando a Mobius y el resto de la TVA sumidos en el caos de una línea temporal plagada de ramificaciones. Y es que, pese a recibir una oferta difícil de rechazar, ambos Lokis se enfrentan a un dilema imposible de resolver.

Las dos opciones son: matar a Immortus y destruir lo que ha construido, ganando libre albedrío pero también una horda de infinitos Kangs peores a la que hacer frente… o dirigir la TVA entre los dos, Loki y Sylvie. Un orden sofocante o caos cataclísmico. Loki parece mirar por el bien de toda la Existencia, de una Línea Temporal inocente, al plantearse colaborar con Immortus (o al menos eso nos hace creer… nunca se sabe). Mientras que Sylvie no cree ni una palabra y quiere acabar con quien, a su vez, acabó con su posibilidad de una vida normal. Tras cruzar “el umbral” de la Línea Temporal, y una vez Immortus deja de saber lo que aguarda en su futuro, los Lokis incapaces de dialogar tienen una acalorada lucha frente a un Conquistador atónito y, finalmente… Loki se desprende de su yo clásico y se entrega total y sinceramente a Sylvie, pero ella decide (tras un bonito beso) ser la Loki que siempre fue. Sola, tras echar a Loki del escenario, Sylvie acaba con Immortus, que se despide con una sonrisa y un guiño, y un prometedor “Volveremos a vernos”.

Y a partir de aquí, queda claro, nos enfrentamos a lo indescifrable, a lo desconocido. La Línea Temporal está bifurcada más allá de lo que la TVA podría corregir, el Kang dialogante, teatral, el menor de los males, yace con la daga de Sylvie hundida en el pecho (como predijo, de hecho), ella cae confusa al suelo, y Loki observa como en la TVA (vigilada por la escultura, esta vez, del propio Kang) es visto por todos, Mobius incluido, como un analista más, como si su existencia hubiera sido olvidada, eliminada, reescrita. Immortus, antes de morir, promete que acabará en el mismo lugar (“¡Reencarnación, baby!”), y avisa de la inminente Nueva Guerra Multiversal.

Ese es el fin de la primera temporada de Loki, la promesa del regreso de Kang (aunque no se sepa cual de ellos) y una Guerra Multiversal mientras esperamos los trailers de la tercera entrega de Spiderman que, secreto a voces, reunirá a los trepamuros y villanos de las tres sagas/realidades fílmicas de Sony, y mientras nos aferramos al título de la secuela del Doctor Extraño, el Multiverso de la Locura. Ante nosotros se abre, una vez más, un abanico infinito de posibilidades. ¿Y la escena post-créditos? No te emociones demasiado (¡o sí!), pues fue sencillamente la confirmación de la ya rumoreada segunda temporada de la serie, siendo Loki el único por ahora en continuar en el futuro de la alineación televisiva Marvel en Disney+.

Loki, tan personal como fue en el tratamiento y análisis de sus personajes y sus motivaciones, sembró desde el principio las semillas de lo que sería el nuevo Multiverso Cinematográfico Marvel, que permitiría que diferentes actores, o el mismo, pudieran interpretar variantes de sus personajes sin desafiar (tanto) a la lógica. Además de su continuidad en una segunda temporada, The Hollywood Reporter se lanza a presagiar la aparición de Loki en el Multiverso de la Locura del Doctor Extraño, por si la espera hasta reencontrarnos con el Dios (de las… ¿Historias?) de Tom Hiddleston nos pareciera demasiado larga. Nuevo título que llega a su fin, nueva ficha que encaja en el inmenso puzzle del UCM… ¡Maldita sea, y bendita seas, Marvel Studios!