La venganza se sirve en viñetas

Mike Sekowsky Vs. Robert Kanigher

Cuando Carmine Infantino se convirtió en Editor de DC a finales de los 60, hizo bastantes cambios, siendo uno de ellos que el dibujante Mike Sekowsky reemplazara a Robert Kanigher como editor de Wonder Woman, un título en el que este llevaba trabajando durante más de 20 años. La transición no debió ser muy amistosa porque Sekowsky, que además dibujaba y escribía la serie, hizo que Wonder Woman detuviera a un ladronzuelo de baja estofa llamado Creepy Caniguh.

La DC de entonces estaba repletita de lo que hoy llamaríamos “señoros de actitud tóxica”, y para muestra, el siguiente apartado.

 

Robert Kanigher Vs. Dorothy Woolfolk

Otro de los cambios que sufrió Kanigher bajo la dirección de Carmine Infantino fue la de dejar de ser editor de la línea de cómics románticos de la editorial. Fue reemplazado por Gloria Dorothy Woolfolk, la primera (y única durante mucho tiempo) editora en DC, escritora de algunos guiones de Wonder Woman en los 40 y la que introdujo la kriptonita creada en el serial de radio de Superman en los comics, además de infundir un tono marcadamente feminista en los cómics de Lois Lane que editaba. A cambio, Carmine Infantino le encargó a Kanigher volver a editar y escribir Wonder Woman, para revertir todos los cambios que habían despojado de poderes y de personalidad a la amazona.

En la primera página de su primera historia Kanigher presentaba a uno de esos francotiradores tan de moda en los 70 que se dedicaban a disparar a todo lo que se le pusiera por delante. Su primera víctima podría haber sido un trasunto del Mike Sekowsky que rio de él números antes, pero fue una editora de revistas femeninas llamada Dottie Cottonman, obvia parodia de Dorothy Woolfolk. Seguro que fue sin rencor.

Joe Orlando Vs. Bill Finger

La Historia y la industria han puesto en su sitio a Bill Finger como cuasicreador de Batman y algunos de sus enemigos más emblemáticos: Joker, Pingüino, Catwoman, Dos Caras, Acertijo,… El autor era, además, un Tío Vázquez de la historieta estadounidense: poco dado a trabajar, entregando siempre tarde e inventando excusas inverosímiles o pidiendo adelantos a los editores con la excusa de historias que no había escrito aún. Les contaba los argumentos de esas futuras historias en el despacho, pero esos argumentos raramente se convertían en guiones entregados.

Joe Orlando editor en DC a principios de los años 70, cansado y muy enfadado con que Finger le troleara, produjo una historia escrita por David Reed y dibujada por Ramona Fradon en la que un guionista llamado Phil Binger se comportaba como el auténtico Finger e incluso acosaba a sus editores después de muerto. Esta historieta se iba a publicar en Plop!, una revista de humor negro en la que colaboraban entre otros Sergio Aragonés o Basil Wolverton, pero justo entonces falleció Finger, en 1974 a los 60 años de edad. La historieta acabó en The Amazing World of DC Comics, un fanzine interno que se elaboraba en las oficinas de DC y nunca llegó a los quioscos. Finger también fue la inspiración para Mano Negra, el villano de Linterna Verde.

 Jack Kirby Vs. Stan Lee

Jack Kirby llevaba ya dos años en DC tras su salida de Marvel y las cosas no le iban tan bien como él hubiese querido. Esos dos años no habían servido para que olvidara lo mal que se había sentido tratado en Marvel y fue en ese momento cuando decidió parodiar a Stan Lee en las páginas del nº 6 de Mister Miracle (Febrero de 1972) en la forma de Funky Flashman, un agente artístico dispuesto a explotar los talentos del escapista y a dejarlo tirado cuando ya no le necesitara.

El habla de Flashman era una parodia del estilo grandilocuente de Lee con peroratas como: “¡Esto sí que es un instrumento, Houseroy! ¡La voz de Funky Flashman! ¡Sus dulces notas resonarán sobre el mundo! ¡Por supuesto que necesitaré cosas que decir, pero ¿por qué preocuparse de eso?! ¡Todas las grandes palabras, y citas y clichés escritos son mi santo y seña!! ¡Incluso aunque las diga de soslayo, la gentecilla escuchará! ¡Con maravilla! ¡Con asombro!!! ¡A su Funky!!!”

No, Kirby no se cortaba en sus opiniones sobre Lee. Ni sobre Roy Thomas, versionado como Houseroy, el rastrero ayudante de Flashman deseoso de heredar la posición de su mentor. Sea como sea, cuando Kirby volvió a Marvel en 1975, el editor en jefe era Roy Thomas y fue contratado con la aprobación de Stan Lee así que, o no se enteraron de esta sangrante parodia o les dio lo mismo.

Jim Starlin Vs el Bullpen

La primera etapa en Marvel de Jim Starlin no fue precisamente feliz, ni en sus relaciones con los miembros del staff ni con cómo funcionaba la editorial a mediados de los 70. Ni le gustaba cómo dirigía la empresa Stan Lee, ni que John Romita le redibujara una y otra vez las caras de las portadas de sus cómics ni tenía buena relación con Len Wein o Marv Wolfman. Esta frustración la volcó en Strange Tales nº 181 donde Adam Warlock se enfrentaba a La Sociedad de los 1000 Payasos, liderada por Lenstean, el jefe de pista que marcaba el paso al todo el mundo y era incapaz de separar los diamantes de la basura -toma metáfora-. Jan Hatroomi era un payaso que se afanaba en cambiar las caras de los demás y por ahí había otros dos payasos que se parecían a Wein y Wolfman. También aparecía uno que se parecía a Roy Thomas y que había sido expulsado del Circo por intentar oponerse a la arbitrariedad de sus compañeros, justo como le había pasado a Thomas pocos meses antes cuando fue despedido como editor en jefe.

Que semejante historia saliera a la luz probablemente se explique porque el propio Wein, editor en aquel momento, estaba a punto de abandonar Marvel y quizás quiso dejar un recuerdito antes de irse. Cuando Starlin volvió a Marvel tras su etapa en DC, que tampoco le dejó contento (a ver si el problema era de él, vete tú a saber), creó en Silver Surfer la ciudad de Dynamo City, una metáfora de DC, en la que el ex heraldo de Galactus se veía atrapado sin salida realizando tareas para las que no se veía capacitado

Steve Gerber Vs. John Byrne

Steve Gerber creó junto a Jack Kirby el cómic Destroyer Duck en 1982 en Eclipse Comics para recaudar dinero con el que pagar a los abogados que iban a representar a Gerber en su intento de recuperar los derechos de Howard el Pato. John Byrne, en un artículo publicado en Comics Scene, ridiculizó los intentos de Gerber, presentándose como alguien que sí era feliz en la maquinaria de Marvel, como lo eran la mayoría de empleados, según su versión.

En los siguientes números de Destroyer Duck Gerber y Kirby parodiaron a Byrne en la forma de un cogburn, un ser creado a partir de protoplasma por la multinacional Goodcorp y que es descrito como un “machista, con un ego desbordante y la mentalidad de un hombre de empresa codificada en sus genes. Nunca cuestiona lo que la empresa le dice porque eso dañaría su autoestima”. Los cogburns no tienen genitales y “si fuesen confrontados con la realidad,… bueno, nadie sabe qué pasaría si el ego de un cogburn fuese seriamente amenazado”. Además, los cogburns recitaban partes del artículo de Byrne, para que no quedase la más mínima duda.

La serie duró siete números y Gerber no pudo recuperar su creación, ya que el juez dictaminó que la creación de Howard era un trabajo encargado por Marvel y por tanto la empresa era la dueña. Eventualmente el guionista volvería a Marvel en 1983 y siguió escribiendo algunas miniseries y etapas como Void Indigo, Legión de la Noche o La Sensacional Hulka, 12 números en 1990 justo tras la primera etapa de John Byrne, donde Gerber no hizo sangre -aparentemente- con su predecesor y pudo volver a escribir a Howard. Teniendo en cuenta que Byrne había dejado la serie por sus disputas con Bobbie Chase, casi parece que ésta escogió a Gerber como su reemplazo como forma de refinada venganza.

Jim Shooter Vs. Steve Gerber

Cuando Gerber abandonó Marvel concedió una entrevista a la revista Comics Journal donde criticaba lo que él llamaba deterioro de la cultura y exceso de violencia en los productos dirigidos a la infancia y los adolescentes poniendo como ejemplo historias de Spiderman peleándose durante 20 páginas con el Doctor Octopus. A la vez escribía dibujos animados militaristas como G.I. Joe.

 Jim Shooter escogió en 1985 como escenario de su venganza contra Gerber ni más ni menos que el número 1 de Secret Wars II, donde Gerber aparecía como Stuart Cadwell, un idealista al que el Todopoderoso transforma en Thundersword. Imbuido de tal poder Cadwell se transforma en todo lo contrario de lo que era antes: un matón de supuestas ideas progresistas que destruye el estudio de animación donde trabajaba. Otra de las series donde trabajaba era Thundarr The Barbarian, del que Thundersword es una parodia más o menos encubierta.

Como Secret Wars II era una historia-río que pasaba de serie en serie le tocó a Dennis O`Neill, escritor entonces de Iron Man, lidiar con el personaje, pero sin mucho entusiasmo.  Iron Man le derrota en un plis plas y todo el mundo olvidó al personaje.

Años más tarde Shooter aseguró que la broma había contado con el beneplácito de Gerber, pero éste, fallecido en 2008, ya no está para preguntárselo. Thundersword no volvió a aparecer hasta Civil War II, donde Ulysses Cain tuvo una de sus visiones en la que la espada de Cadwell, que la tenía guardada en su casa como trofeo, causaba problemas.

John Byrne Vs. Jim Shooter

Un John Byrne recién llegado a DC en 1986 no perdió ocasión en arremeter contra Jim Shooter parodiando a Starbrand, el personaje del Nuevo Universo creado por Shooter, presentado en Legends como Sunspot, un personaje con un notable parecido con el editor de Marvel, picaduras de acné incluidas. Byrne había criticado al personaje de Shooter como un “Green Lantern de tercera” y fue el Green Lantern Guy Gardner el que le derrotó.

Byrne volvió a Marvel tras la salida de Shooter y lo primero que hizo fue hacerse cargo de Starbrand con una historia en la que Starbrand aniquilaba Pittsburgh, la ciudad natal de Shooter. Luego hizo morir y resucitar al personaje una y otra vez de maneras cada vez más ridículas. Byrne ni olvida ni perdona.

Marty Pasko Vs. Chris Claremont

Marty Pasko fue un guionista que empezó escribiendo a Superman en 1974, con solo 20 años, tras llamar la atención del editor Julius Schwartz con sus cartas al Correo de los Lectores. Durante los 70 escribió un montón de historias de Superman, incluyendo el mítico DC Comics Presents con José Luis García López, de Wonder Woman o de la Liga de la Justicia. A principios de los 80 escribió comics de Star Trek para Marvel, pero pronto dejó la editorial para empezar carrera en el mundo de la animación.

En Marvel Pasko se sintió infravalorado, esperaba otros encargos más jugosos que historias de una franquicia de segunda en aquel momento. Eso puede explicar que cuando First Comics le encargó en 1983 revitalizar a E-Man, un personaje proveniente de la Charlton, dirigió sus dardos contra la serie de moda en aquel momento, Uncanny X-Men. No consta ninguna animadversión personal contra Chris Claremont, sino que parece que el objetivo de su crítica era una manera de producir comics que a él no le agradaban y, concretamente, la saga de Fénix Oscura, la cual directamente odiaba. Vista en perspectiva esta actitud nos puede extrañar, pero en su momento esta nueva versión de la Patrulla-X fue despreciada por muchos fans empezando por un joven Kurt Busiek.

Los F-Men eran una cruel caricatura de los mutantes, liderados por el Profesor Ford Fairmont, que sí, era una parodia de Chris Claremont. Tampoco se quedaron sin su ración de sarcasmo Stan Lee, John Byrne, Jim Shooter o Dave Cockrum. La historia fue coperpetrada por Joe Staton, otro habitual de DC y tampoco demasiado fan de esa Marvel.

Allen Milgrom Vs. Bob Harras

Aunque ahora no nos quepa en la cabeza, Al Milgron fue un dibujante de mucho éxito en los 80, con hits como West Coast Avengers o Kitty Pryde and Wolverine. Su estrella declinó en los 90 con el advenimiento de una nueva generación de dibujantes, los Lee, Liefeld y compañía, y se dedicó a lo que probablemente se le daba mejor, el entintado, aunque tampoco era mal portadista.

Su relación con Bob Harras, editor en jefe de Marvel en los 90, no debía ser muy buena, porque en el año 2000, justo cuando Harras fue reemplazado por Joe Quesada, apareció Universe X: Spidey. Milgrom entintó los dibujos de Jackson Guice y aprovechó para colar en el lomo de unos libros la frase “Harras, jajaja, se ha ido. Buen viaje y a tomar viento. Era un desagradable H de P”.

La gracia no pasó desapercibida y ocasionó que Joe Quesada le despidiera de su puesto fijo en la plantilla de Marvel. No solo eso, sino que toda la tirada fue recogida de las librerías, destruida y reimpresa. Desde entonces, aunque entintó algunas obras de Starlin para Marvel, Milgrom ha hecho su carrera en Archie, DC y Dark Horse

Ta-Nehisi Coates Vs. Jordan Peterson

Si bien hasta ahora hemos hablado de rencillas entre autores de cómic no me resisto a cerrar este artículo con una historia bien jugosa y muy muy reciente en la que uno de los protagonistas es un novelista e intelectual izquierdista convertido en guionista de cómics y el otro un controvertido psicólogo icono de la extrema derecha.

Ta-Nehisi Coates es un reputado pensador, novelista y ensayista nacido en Baltimore que ha dedicado su obra a la problemática de la población negra. En los últimos años ha escrito a Pantera Negra y aún sigue en Capitán América, creando en ambas series historias de interesante contenido social pero mayormente aburridas. En la actualidad está escribiendo la película que presentaría a Superman como un hombre negro.

Jordan Peterson es un profesor de psicología de la Universidad de Toronto que cobró notoriedad cuando atacó la Ley Trans canadiense que establecía como delito de odio no dirigirse o referirse a una persona por los pronombres de su elección. Buen escritor, muy inteligente y brillante polemista, también se hizo notar con sus opiniones sobre la corrección política, las políticas identitarias, los espacios seguros y todo lo que oliera a cultura woke, lo que le convirtió en ídolo de la ultraderecha.

Peterson es más bien un señor de derechas que ha encontrado un público aún más a la derecha de su posición ideológica, lo que le animó a escribir un libro de autoayuda llamado Doce reglas para vivir: Un antídoto al caos, que son sobre todo “consejos de padre”, de padre de los de antes: “Enderézate y mantén los hombros hacia atrás”, “Limpia tu habitación”, «Di la verdad», “Trátate a ti mismo como si fueras alguien que depende de ti” o “No te compares con otro, compárate con quien tú eras antes”. Este libro tiene ilustraciones de Ethan Van Sciver, el adalid del Comicsgate… Confiesa que esa no la has visto venir. No es que Peterson buscase a Van Sciver como ilustrador, probablemente ni le conocía, sino que fue éste quien se postuló con insistencia. Sea como sea, “dime con quién andas y…”

En el nº 28 de abril de este año de Captain America Coates ha convertido al Cráneo Rojo en un influencer de extrema derecha, que usa las redes sociales para difundir su “Diez reglas para vivir”, diserta sobre el orden y el caos y habla de la trampa del feminismo. En definitiva, pone en boca del Cráneo Rojo palabras de Peterson y en las del Capitán América las suyas propias: “Es lo mismo para todos ellos. Hombres jóvenes. Débiles. Buscando un propósito. (…) Les cuenta lo que siempre han esperado oír. Que, en secreto, son grandes. Que el resto del mundo está contra ellos. Que si son hombres de verdad, contraatacarán.

Peterson contestó desde su cuenta de Twitter: “¿En serio vivo en un mundo donde Ta-Nehisi Coates ha escrito un cómic del Capitán América en el que aparece una parodia de mis ideas como parte de la filosofía del archivillano Cráneo Rojo”? Finalmente, Peterson optó por tomárselo con humor creando memes del Cráneo Rojo recitando frases suyas. Usando como emblema una parodia del logo de Hidra en el que aparece una langosta -Peterson usa este animal para explicar las jeraquías humanas- ha iniciado la Iniciativa Caritativa Langosta Cráneo Rojo que ya lleva recaudados más de 100.000 $ destinados a diversas ONGs, incluyendo la compra de un autobús escolar en Ghana.

Estos son solo algunos ejemplos del uso poco profesional e incluso rastrero de las viñetas como expresión de las inquinas personales del autor. De hecho, el autor de este artículo fue objeto una vez de una actuación de ese tipo, pero eso que lo cuente otro.