Los mundos posibles y reducidos de Jonathan Hickman

En el principio fue la contención: periodismo y romanos

Jonathan Hickman nos tiene acostumbrados a un torrente de creatividad desaforada que se ha traducido en 54 números de los 4 Fantásticos repartidos en dos colecciones y 146 de Vengadores distribuidos en otras dos, en realidad una historia de 200 números que se completaron en los 8 de Secret Wars, dando más tarde un triple salto mortal con tirabuzón creando el escenario donde conviven más de una docena de colecciones mutantes de las cuales él, eventos aparte, escribe dos. Incluso los 25 números de Los Proyectos Manhattan -que no fueron más por las consabidas desavenencias con Nick Pitarra- o los 45 de Este del Oeste apuntalan la idea de que su espacio natural son estas sagas kilométricas, pero en sus inicios Hickman era mucho más autocontenido.

Las primeras noticias que tuvimos de Hickman fueron muy tardías. Cuando en 2006 publicó la miniserie de seis números The Nightly News (El informativo nocturno), ya contaba con unos respetables 34 años, un título de arquitecto y una carrera como diseñador gráfico. Era, según él, la primera obra que dibujaba y escribía, porque en The Nightly News Hickman es autor completo, también dibuja. Regular, pero dibuja. Su estilo, como el de Bendis, recuerda a autores europeos de los 60 y 70 como Guido Crepax, con un blanco y negro muy expresivo, de linea gruesa y mucho contraste conseguido con manchas de tinta, con la particularidad de que Hickman además es diseñador gráfico y usa ese talento para ocultar sus carencias como ilustrador y conseguir interesantes recursos narrativos. No hay obra de Hickman que no tenga dobles páginas en blanco adornadas de símbolos ad hoc y frases lapidarias y esta obra marca el inicio de su estilo. En este momento Hickman escribe, dibuja, rotula, colorea e incluso edita, que para eso publica esta obra en Image.

The Nightly News es una reflexión sobre el poder de la Prensa, que se convierte en el blanco de una serie de ataques de un culto terrorista formado por supuestas víctimas de la prensa sensacionalista. Aunque es cierto que anticipa la deriva que los medios de comunicación han experimentado en los últimos años, Hickman no intuye la importancia que iban a tener las redes sociales en la difusión de informaciones falsas y sensacionalistas. Esta obra le consiguió una primera nominación a los Eisner. Es interesante pero aún no es el Hickman que conocemos y amamos y que empezó a formarse con Pax Romana (2007).

Pax Romana parte de una interesantísima premisa: el Vaticano descubre los viajes en el tiempo y manda un ejército moderno al siglo IV d. C. para asegurar la pervivencia de un cristianizado Imperio Romano y acelerar y asegurar la cristianización del mundo. Da igual el paradojón temporal que esto implica, o que en realidad puedan estar creando una línea temporal alternativa. Esa no es la preocupación de Hickman, sino mostrar el impacto del cristianismo en la Historia de la Humanidad.  

Es la primera obra en la que aparece uno de los dos grandes temas que Hickman ha explorado hasta la saciedad: el choque de civilizaciones. El otro es las relaciones entre personas de inteligencia muy superior a la media.

Según un texto que publicó en el número 1 su idea era expandir el universo que había creado al estilo de lo que había hecho Mike Mignola con Hellboy y contar más historias, pero las ventas no acompañaron. En otro texto de los últimos números Hickman se preguntaba si los lectores querrían más historias que usaran recursos de diseño gráfico en su dibujo. La respuesta fue que no. Aunque se supone que es posterior a El informativo nocturno, el dibujo de Pax Romana es mucho más tosco y descuidado. También se dijo que había una opción de convertir esta historia en serie de televisión, era la época en la que todas las cadenas querían hacer su Juego de Tronos, pero el proyecto no prosperó.

Transhumanos, superhéroes y aviones temporales

Visto que el esfuerzo y los resultados de realizar como autor completo sus obras no le compensan, Hickman decidió concentrarse en su faceta como escritor, a lo que ayudó que le fueran cayendo encargos en Marvel. En Transhuman (2008), obra no incluida en el tomo de Panini y dibujada por J.M. Ringuet, Hickman trata sobre la manipulación genética y cibernética y sus peores resultados con un sentido del humor muy cínico y una crítica a las megacorporaciones norteamericanas y sus dueños gurús.

Red Mass for Mars (2010), dibujada por Ryan Bodenheim y coloreada por él mismo, es su primera incursión en los superhéroes mezclados con fantasía y ciencia ficción. Recordemos que, salvo Invencible y alguna serie más, Image ya se había dado cuenta de que sus lectores no buscaban superhéroes y no, tampoco buscaban una serie como esta, que cuenta una historia ambientada en el siglo XXII en el que la tierra es invadida por extraterrestres. En solo cuatro números no solo narra esta historia de resistencia contra el invasor y odios que se extienden por siglos sino que le da tiempo a explorar los orígenes de esos superhéroes en la Europa del Norte del siglo IX. Cuando quiere es capaz de sintetizar. Con estas obras Hickman va elaborando un estilo de escritura de diálogos crípticos y en los que siempre te queda la sensación de que sólo te están dando la mitad de la información.

The Red Wing (2011), dibujada por Nick Pitarra, es otra idea interesantísima y llena de posibilidades, una guerra entre las civilizaciones de dos siglos distintos que se produce a lo largo de toda la Historia usando aviones que viajan en el tiempo (chúpate esa, Tenet) incluyendo una trama de relación paterno-filial y la explicación del famoso Astronauta de Palenque

El principio de la incontinencia

Para cuando está publicando The Red Wing Hickman ya está enfrascado en Los 4 Fantásticos y cogiéndole el gusto a las sagas kilométricas. Sus obras posteriores ya comentadas, Los Proyectos Manhattan y Este del Oeste, inciden en ese gusto por la narrativa a largo plazo y poco podemos decir por ahora de Los asesinatos del Lunes Negro, la obra en la que cuenta cómo las grandes familias la economía mundial en realidad forman un culto satánico que se mueve por el poder del dinero. Interrumpida tras ocho números, no sabemos cuáles son los planes de Hickman y Tomm Coker, su dibujante, ni la longitud que podría tener, que intuimos que será mucha.

El tomo Los mundos posibles de Jonathan Hickman que acaba de publicar Panini es buena ocasión para conocer lo inicios del que definitivamente es el guionista de Marvel más importante de la última década, y poder disfrutar de sus tics y sus tocs en pequeñas dosis.