“Plot Point” el cómic de comedia e intriga donde una guionista crea el atraco perfecto

El crimen perfecto no existe. Más concretamente, el atraco perfecto que nos han vendido en infinidad de películas es, literalmente, imposible. Y, sin embargo, nos fascinan a todos hasta tal punto que no dejan de aparecer obras relacionadas. Y versiones nuevas de esas obras, y versiones de las versiones nuevas… ¿cuántas películas relacionadas con Ocean’s Eleven se han estrenado ya? Aún así, Fernando Llor y Esteban Hernández han decidido lanzarse al ruedo, crear un cómic con un plan perfecto… y vaya si lo han conseguido.

Plot Point tiene una premisa inicial sencilla, divertida y muy inteligente: ¿quién mejor que un guionista para trazar el plan perfecto para cometer un atraco? Eso es lo que piensa la Asociación de Buenos y Buenas Actores y Actrices. La ABBA, que pese a tener nombre de grupo sueco no suele cantar, está formada por actores y actrices profesionales que, pese a haber triunfado en algún momento… no se encuentran en la cresta de la ola. Con papeles limitados a anuncios de yogures, e incluso como personajes menos que secundarios de obras menores, la asociación liderada por Jaime decide secuestrar a Lidia Baulló, guionista de prestigio con infinidad de premios que acaba de convertirse en la showrunner del momento, para que ésta les escriba el papel de sus vidas: cómo cometer el atraco perfecto. Porque… ¿por qué no?

Aunque pueda parecer una línea argumental sencilla, este cómic es mucho más complejo de lo que podría parecer. Para empezar, el guion de Fernando Llor se aleja por completo de las películas que hemos comentado al principio. Así como los guiones de dichas películas siempre tienen un punto de inflexión (plot point) donde se muestra el verdadero plan, y el subterfugio de los personajes queda al descubierto, Llor ha creado una historia llena de esos puntos. Donde unos se engarzan con otros de forma magistral. Como siempre, no destriparemos aquí ni uno sólo de ellos, pero sí comentaremos parte de su estructura y los temas que trata.

Los giros de guion de Llor se van uniendo poco a poco, profundizando a través de sus personajes en temas completamente contemporáneos: precariedad laboral, crítica social, injusticia del sistema, desigualdad y desgaste del mundo del arte, entre otros. Y lo hace de tal forma que, si bien los personajes que aparecen no parecen ser personas reales concretas… es imposible no ver paralelismos con según qué parte de la sociedad en la que vivimos. Toda esta carga cae sobre los hombros del grupo protagonista, especialmente en Lidia, que debe (valga la redundancia) lidiar no sólo con Jaime, sino con todo el grupo de actores y actrices que la han secuestrado.

A través de la comedia, los autores consiguen enternecer al lector, y crean rápidamente lazos de unión, y comprensión, con el grupo protagonista. Porque, ¿quién no ha pensado nunca en dar un golpe en la mesa, atracar un banco y mandarlo todo a paseo? En medio de toda la acción, y no es poca, Llor introduce una crítica voraz no sólo al sistema económico y político actual sino, especialmente, al mundo del entretenimiento. La voracidad con la que se exige a los creadores unos productos que desaparecen en segundos. Y reivindica el papel del arte al mismo tiempo que critica su denostación por parte de quienes consumen sin responsabilidad series, películas, libros, cómics… y este cómic lo hace de forma muy interesante. Reivindicando el trabajo creativo, y su complejidad.

El apartado gráfico corre a cargo de Esteban Hernández, quien se ha lucido y mucho. La personalidad estridente de los protagonistas, y las loquísimas decisiones que toman, unido a su faceta de actores, hace que Hernández los haya podido dibujar más que sobreactuados. Con un estilo a medio camino entre el cartoon, en cuanto a las proporciones corporales, y el realismo, en relación con los entornos, el dibujante presenta una narrativa muy cinematográfica. Algo que les viene que ni pintado a los personajes, valga el chiste. La narrativa se adapta al momento a la perfección: los planos más cinematográficos aparecen en las escenas de acción relacionadas con los crímenes. Mientras los “detrás de las cámaras” como la preparación y los ensayos tienen una puesta en escena más convencional.

El punto de inflexión en cuanto a narrativa lo lleva siempre Lidia, quien no sólo hace que todo gire a su alrededor, sino que obliga a Hernández y Llor a crear soluciones gráficas que muestren no sólo lo que está viendo, sino todo lo que está pensando y escribiendo. Este cómic recupera el uso de las onomatopeyas como hacía mucho que no veíamos, hasta tal punto que a veces la intensidad de los gritos de la protagonista llegará a convertirse casi en una de ellas. Plot Point está lleno de sentimientos, y aunque el más visible es la ira de sus protagonistas, los lectores encontrarán comedia a raudales e incluso el punto justo de romance para hacerlo todo todavía más perfecto.

Este cómic está disponible en castellano gracias a Nuevo Nueve, pero los lectores que quieran leerlo en gallego pueden hacerse con él gracias a Retranca Editora. La traducción de Isabel Soto es una maravilla, y le da un punto más de humor a los exabruptos usados por los protagonistas de la historia.

Plot Point es un cómic lleno de sorpresas y giros, con la dosis perfecta de crítica y reivindicación. Llor y Hernández han sabido mantener la tensión y la comedia tan bien niveladas durante toda la obra que es imposible dejar de leer a mitad. El atraco perfecto hecho realidad, porque tras leerlo sólo queremos más.

Título: Plot Point
Guion: Fernando Llor
Dibujo y color: Esteban Hernández
Edición Nacional: NuevoNueve / Retranca Editoria
Traducción al gallego: Isabel Soto
Formato: Cartoné, 72 páginas
Precio: 16,00€