Un Cesto Lleno de Cabezas, el cómic de terror con el que arranca el sello de Joe Hill para DC Comics

El cómic de terror estadounidense está viviendo una buena época. Últimamente se están alzando nuevas sensibilidades que están renovando un género con pura creatividad. No se puede hablar de un movimiento que sigan unos patrones en común, sino de aproximaciones muy dispares que tienen en común calidad. De algún modo, es algo que surge en paralelo a las nuevas tendencias cinematográficas y parece que está a aquí para quedarse.

Uno de los últimos sellos que creó la DC de Didio se hizo con la idea de traer algo diferente a lo que suele publicar la compañía. También se ha buscado capitalizar y centralizar a esos creadores de género. Se trata de Hill House Comics, en el que Joe Hill tenía total libertad creativa para crear cómics de terror. Él supervisó todos y cada uno de los títulos publicados bajo ese paraguas y escribió un par. Tras esta primera tanta de títulos, parece que el sello no va a tener mayor duración

ECC Ediciones ofrece la primera de estas miniseries en un tomo recopilatorio: Un Cesto Lleno de Cabezas. Probablemente sea la obra más completa y redonda de todas las disponibles de Hill House Comics. Así que la decisión de comenzar por esta es más que acertada.

Portada del tomo de ECC Ediciones.

Lo que se cuenta en estas páginas es la violenta desventura de Jude, una joven atrapada en Brode Island. Su objetivo es recuperar con vida a su novio Liam, un policía que ha sido secuestrado por cuatro criminales que han escapado de la cárcel. No tarda en encontrar un aliado: un hacha de origen vikingo que tiene una peculiaridad: las cabezas que han sido separadas del cuerpo a través de su afilado filo, siguen vivas y hablan.

El cómic, contado de este modo, suena a algo profundamente crudo y violento. Y lo cierto es que así es: hay momentos escabrosos, terroríficos e impactantes. Pero el tono no busca epatar ni tira hacia el gore o el body horror. Por el contrario, el escritor ha decidido enfocarle desde una perspectiva que abraza el humor negro. El autor no teme exponer sus perversiones y hace partícipe en este divertido cómic cuya mayor ventaja es que nunca se termina de tomar demasiado en serio a sí mismo.

Eso no quiere decir que se haya descuidado el apartado narrativo. El guion funciona en todo momento, aunque tal vez abuse de algunas situaciones reiterativas. Hay muchos momentos de gran carga emocional y está estructurado de tal modo que se consigue que no decaiga el ritmo en ningún momento. Además, guarda una cantidad de sorpresas considerables sin que ninguna parezca una trampa. El guion tiene todo lo que cabría exigir a una historia de este tipo, pero que da más en el momento en el que sobrepasa cualquier expectativa generada por el punto de partida.

En el fondo, lo que aquí se cuenta es una retorcida historia de amor romántico. En el centro está joven dispuesta a hacer lo que sea por recuperar a su secuestrado novio y, que, por el camino comienza a cuestionarse el sentido de todo esto y de sus acciones. Puede servir como de un desengaño después de una primeriza e inevitable fase de enamoramiento que ciega a propios y extraños. Detrás de todo el artificio hay una visión un tanto amarga de las relaciones de pareja.

En esta obra las referencias a las iconografías creada por Stephen King (el padre de Hill). Van de algunas más evidentes a otras más rebuscadas, pero se aprecia unas ganas de rendir homenaje al maestro. Hay cierto disfrute por parte del lector intentando captarlas.

El terror es muy difícil de capturar en las viñetas. Y en Un Cesto Lleno de Cabezas parece que es algo que demuestra que lo saben con bastante certeza. Por ese motivo, se ofrece una propuesta que, más allá de la premisa sugerente (que lo es y mucho) y de la traslación gráfica icónica, ha decidido contar una historia truculenta de una forma diferente. Se han tomado decisiones que no podrían estar más alejadas de las salidas comunes e integra una ambigüedad moral de tremendo interés.

Leomacs  (contando con el apoyo de Ricardo La Bella en el quinto número) es el ilustrador de este cómic y con su trazo estilizado ha conseguido otorgar a este cómic de terror de un look bastante distintivo. Este trazo fino logra aportar cierta ligereza a lo que se cuenta que hace que todo funcione. Es alguien que ha sabido solucionar determinadas escenas violentas con mucha inteligencia y que ha logrado manejar distintos tempos. Era muy fácil que este trabajo tan sutil pudiera desbarrar y terminase cocinándose a medias. Sin embargo, el dibujante ha demostrado estar a la altura y tener un estilo que no es el primero que pensarías para ilustrar un cómic de terror, pero que consigue explotar todos los recursos propios de este medio. 

¿Soy el único que ve aquí un homenaje a la tercera temporada de Twin Peaks?

El color ha corrido a cargo del veterano Dave Stewart. Es un viejo conocido para los cómics de terror y vuelve a demostrar ser preciso como él solo. Su trabajo opta por tonos oscuros y apagados y contribuyen a la atmosfera pesimista. Pero también tiene algunos colores vivos que resaltan mucho a nivel estético. Es un modo de ir a juego con la ironía que reside en este cómic y con los golpes cómicos. Es todo un acierto haber contado con él y ha captado cual es exactamente el espíritu de esta obra y todo lo que necesitaba.

El tomo de ECC Edciciones incluye algunos extras como entrevistas o bocetos y diseños del artista.

Un Cesto lleno de Cabezas vuelve a establecer a Joe Hill como un creador de género con una de las voces más creativas. Es un cómic que no hace concesiones y que hará que pierdas la cabeza. Puede que sea de forma literal.

Título: Un Cesto Lleno de Cabezas (Hill House Comics)
Guión: Joe Hill
Dibujo:  Leomacs y Ricardo La Bella
Color: Dave Stewart
Edición Nacional: ECC Ediciones
Edición original: Hill House Comics (DC Comics)
Formato:   Tomo cartoné de 184 páginas a color
Precio: 21.50  €