Guionista de barrio #03 – ¿Cuánto se cobra en España por escribir cómics?

Guionista de Barrio es la columna de opinión semanal de Fernando Llor (@FernandoLlor). Llor, que cuenta con el poder de la omnipresencia, es autor de obras como El espíritu del escorpión, Teluria 108, Ojos Grises o más recientemente Subnormal, entre otras muchas, así como miembro en activo de la Asociación Profesional de Guionistas de Cómic (ARGH!) y vocal de la Sectorial del Comic

Vaya, vaya, vaya, la preguntita ha llegado. La respuesta rápida, sencilla y directa es: entre poco y muy poco. ¡Hala, este ha sido el Guionista de Barrio de hoy, la semana que viene algo todavía más corto!

Vale, no, no voy a dejarlo ahí, lo complicaré un poquito más con una respuesta un pelín más larga: entre depende y depende. Porque sí, todo esto depende de varios factores. Daré cifras reales y me esforzaré para intentar explicarlo y que todo quede bien clarito.

Vamos a ello.

¿Qué es exactamente lo que se cobra cuando se “vende” un proyecto de cómic?

En la mayor parte de los casos en España se cobra por una cesión de derechos, es decir, las autoras cedemos nuestra obra a un tercero (una editorial casi siempre) para que convierta nuestro material en un libro y lo introduzca en el mercado a través de sus cauces habituales de distribución (ponerlo en librerías, vender a través de su web, llevarlo a salones para comercializar en su stand…).

A la hora de hacer esa cesión se establecen, mediante un acuerdo entre las partes (llamado normalmente “contrato de edición”), varias cosas sobre cómo y para qué se hace esa cesión. En el contrato se estipula la remuneración para los autores y en concepto de qué se hace, pero también (ojo, que esto es importante) para cuantos territorios y en qué idiomas se hace esa cesión y durante cuántos años se cederá el material.

En una amplia mayoría de casos (hablo de mi experiencia y de la experiencia demostrada de gente que ha compartido su información conmigo) la remuneración se hace en forma de royalties (regalías en spanish). ¿Y eso qué es lo que es? Dice la RAE: “participación en los ingresos o cantidad fija que se paga al propietario de un derecho a cambio del permiso para ejercerlo” o lo que es lo mismo, los royalties son la contraprestación económica en un porcentaje de los resultados por el uso de la propiedad ajena registrada por otra persona. Dicho lo más clarinete posible: es tu trozo de la tarta.

¿Y cómo es de grande ese trozo de la tarta? Pues… de todos los invitados a comérsela el de autores y autoras es el más pequeño. ¿Por qué? Ah, quién sabe… lo cierto es que es así y que la porción asignada dentro del mercado nacional oscila entre el 3 y el 20 por ciento de la venta de cada libro después de descontar el IVA. Eso sí, ese 3 y ese 20 son casos excepcionales, lo más habitual es moverse entre un 8 y un 12 por ciento.

Menudo mareo, ¿no? Pues todavía estamos a la mitad. Intentaré afinar un poco más la explicación, a ver si atino con un ejemplo práctico.

Pongamos que has llegado a un acuerdo para editar tu cómic “Budistas Asesinos del Espacio Exterior” con la editorial “Cómics Necesarios”. Habéis firmado un contrato mediante el cual te van a pagar un 10 por ciento de royalties de la venta de cada libro que se hará a 16 euros. La primera tirada será de 1.500 ejemplares. Pues vamos allá.

Si te ofrecen un adelanto del total de la tirada cobrarás 1.958,4 euros y esa cifra sale de la fórmula: PVP x Número de ejemplares – IVA = X // 10 por ciento de X – IRPF = tu trozo (hay que tener en cuenta que el IRPF está calculado al 15 por ciento y no es exactamente el mismo en todos los casos y que el IVA está calculado al 4 por ciento que es el que se aplica a los libros).

Eso es si como bien dice arriba “te ofrecen un adelanto del total de la tirada” pero es posible (de hecho es muy posible) que te ofrezcan solo el adelanto de la mitad de la tirada por lo que cobrarías por “Budistas Asesinos del Espacio Exterior” la cifra de 979,2 euros. Puede que te ofrezcan un adelanto del sesenta por ciento de la tirada y serían: 1175,04 lereles.

Y todo esto de nuevo (y siempre) rodeado de un gigantesco DEPENDE porque recordemos que un contrato de edición es un acuerdo entre partes y, aunque hay unos cuantos apartados (llamados “contenido mínimo obligatorio”) que están regulados por la parte dedicada a estos contratos dentro de la Ley de Propiedad Intelectual y uno de ellos establece que sí o sí ha de haber una remuneración para las creadoras de la obra, no se establece de cuánto ha de ser ni cómo ha de calcularse esa cuantía. Así que en todo esto siempre caben un montón de excepciones.

Espera, espera ¿qué tipo de excepciones? Pues… explicado de forma más o menos sencilla, también existen en España autores y autoras que perciben adelantos de 10k, 15k o 20k por sus obras porque las editoriales saben de antemano que hay muchas posibilidades de vender muchos miles de ejemplares de esos tebeos.

¿Y qué pasa si solo has escrito el tebeo? ¿Cuánto te llevas si eres guionista?

Pues una vez más DEPEEEEEEENDE (y mira que siento ser tan cansino). La fórmula de arriba nos daba un número indeterminado al que llamamos “tu trozo”, pues si tu parte en la creación de la obra ha sido la de guionizar, tus dineros se moverán en una horquilla que va desde “tu trozo menos un 70 por ciento hasta tu trozo menos un 50 por ciento” O dicho de otra forma, es común que te repartas el dinero con el dibujante y te quedes entre un 30 (habitual) y un 50 (poco habitual) de ese primer adelanto.

Así que, siguiendo el ejemplo de antes, “Cómics Necesarios” te abonará (después de presentarles tu factura correspondiente) la cantidad de 587’52 euros siempre y cuando paguen el adelanto de la tirada completa y te repartas el parné con el dibujante en un 30/70 o 293’76 euros si lo que os van a adelantar es la mitad de la tirada.

¿Y ese es todo el dinero que voy a ganar por hacer “Budistas Asesinos del Espacio Exterior”?

Pues no debería, hay bastantes papeletas para que así sea, pero existen varios supuestos por los que podrías aumentar la cantidad de ingresos percibidos por esa masterpiece del noveno arte.

Supuesto 1: la peña lo flipa con “BAEE” de tal modo que la primera tirada se agota en dos semanas y “Cómics Necesarios” lanza una segunda edición y te da otro adelanto.

Supuesto 2: “Cómics Necesarios” o tú (o puede que el tándem de ambos) conseguís acuerdos diferentes para que “BAEE” se traduzca al inglés, al francés y al hebreo antiguo y se comercialice en Canadá, en Irlanda del Norte, en Sudáfrica y en Bután. Por cada uno de esos acuerdos te corresponderán unos dineros.

Supuesto 3: La productora “Somos la hostia Entertainment” te paga una opción por la que tiene 5 años para intentar convertir “BAEE” en un producto audiovisual.

Supuesto 4: Netflix y “Somos la hostia Entertainment” llegan a un acuerdo para hacer una serie de “Budistas Asesinos del Espacio Exterior”.

Supuesto 5: Bethesda te compra los derechos de transformación de “BAEE” para hacer un videojuego triple A.

Y así pues varios supuestos más que pueden incluir desde la línea de figuritas de acción de tu tebeo pasando por camisetas y llegando hasta el libro de cocina de los budistas espaciales. Evidentemente hay algunas mucho más posibles que otras.

A ver, a ver, hablemos de cifras reales

Venga, vamos allá, voy a dar cifras reales (sin citar las obras que luego la gente se enfada) de cuántos son los ingresos totales de la obra por la que más he cobrado, la segunda por la que más he ganado y la que menos de todas ellas.

Esas cifras incluyen los totales sumando toda la pasta ingresada en mi cuenta habiendo escrito un solo guion, es decir, sin tener que haber modificado nada una vez entregado el trabajo. La suma, por tanto, corresponde al adelanto (o adelantos) percibido y ventas de derechos a otros países, opciones para adaptaciones y demás.

La más alta fue de 8.000 euros (habría que descontar el IRPF para que salga el neto, pero luego en la declaración de la renta me devolvieron íntegro ese tanto por ciento).

La segunda más alta fue de 4.200 euros.

La más baja fue de 255 euros.

Y alguno puede pensar, “bueno, claro, lo normal es empezar cobrando poco y a medida que se va haciendo carrera cobrar cada vez un poquito más” pues… en realidad, no, porque entran en juego muchas variables: los porcentajes, los adelantos, las ventas internacionales, las ventas de derechos de transformación y, lo que en un primer momento puede parecer un “auténtico pelotazo que va a arrasar en ventas”, puede pasar totalmente desapercibido por otra miríada de variables posibles.

Conclusiones

La primera conclusión más o menos concreta de todo esto es algo que ya conté hace unos cuantos meses en una entrevista aquí mismo en la Danger Room: no conozco a nadie que viva únicamente de escribir tebeos para el mercado nacional. ¿Puede que existan? Puede, yo qué sé, ni conozco a todo el mundo ni la gente suele hablar con honestidad de lo que cobra, así que quién sabe.

La segunda conclusión (derivada de la primera) es que siendo amables podríamos decir que el sector del cómic es para los guionistas un sector en vías de profesionalización, ya que las cantidades que se perciben no hacen factible que escribir tebeos pueda ser la primera ocupación o la principal vía de ingresos. Eso significa que una amplísima mayoría de los guionistas nacionales que publican sus obras por primera vez en España, las han escrito en el tiempo que les dejaba para ello su “trabajo de verdad”.

Y la tercera (derivada de las dos anteriores) es que si estamos en una época ahora mismo en la que la calidad de los guiones en los tebeos patrios es considerada por muchos y muy buenos críticos y gentes de la divulgación como “premium gold epic de la hostia” ¿Qué podría pasar si se “arreglase” el panorama hasta llegar a una situación en la que escribir historietas pudiese considerarse como primera ocupación? Pues que viviríamos en la utopía perfecta del tebeo y los índices de calidad estarían tan arriba que explotarían todos los calidómetros del universo.

¿Es posible esa utopía? Ay, qué pereza, ya estoy otra vez igual, pues: depende… La respuesta corta y rápida es: no, ni de coña, eres un flipao y sal de mi puerta que no te pienso comprar más galletas.

La respuesta larga es: la utopía, como tal pues es lo que es: utópica, sin embargo, sí que existen una serie de pasos que se podrían ir dando desde diferentes patas del sector para que todo mejorase poco a poco.

¡Oh, Behemoth, oh, Belcebú! ¿Cuáles son esos pasos? Pues, sintiéndolo mucho, eso lo resolveremos en una próxima entrega de Guionista de Barrio.