En plena tormenta del mercado inmobiliario —alquileres disparados, sueldos que no acompañan y jóvenes que posponen la emancipación—, Esther Reeds, 28 años, decidió probar una salida alternativa: una casa prefabricada en el campo. Casi cinco años después, y con más de 200.000 seguidores en TikTok, la creadora comparte un balance sin edulcorantes sobre sus mayores aciertos y tropiezos: "Ha sido duro, no lo voy a romantizar", avisa, aunque no se arrepiente del camino elegido.
Por menos de 25.000 euros, Esther y su pareja instalaron una vivienda monoambiental de 28 metros cuadrados, la elevaron para ganar una zona de estar exterior y remataron con un tejado adicional para reforzar el aislamiento. La promesa inicial —independizarse con una inversión contenida— se cumplió, y además llegó con premio: climatización rápida en invierno y verano y facturas más bajas gracias al reducido volumen a acondicionar. "Ha sido una gran oportunidad para ahorrar alquiler y poder invertir en nuestro próximo hogar", resume.
Primeros pasos y promesa cumplida
El lado B aparece cuando el espacio se comparte: "Para mi pareja, nuestros dos gatos y para mí, se queda pequeño y es fácil caer en el desorden", admite. La elección inicial de aislantes tampoco fue la mejor: los ruidos se filtran con facilidad y afectan al descanso y la privacidad. La lección, dice, llegó pronto: en prefabricadas, "invertir en calidad" no es un lujo, es la diferencia entre vivir cómodo o encadenar chapuzas.
Esa inversión temprana se traduce en estructuras resistentes a la humedad, mejor aislamiento térmico y acústico y acabados durables y sostenibles. "Una casa prefabricada no debe significar sacrificar comodidad", insiste Esther, "sino saber dónde gastar un poco más desde el principio para evitar que el mantenimiento te pase factura después".
Costes ocultos y trámites
Más allá del cartel de "desde X euros", su experiencia recuerda que el presupuesto real incluye transporte, instalación, cimentación o nivelado del terreno, conexión a suministros, posibles acabados no incluidos y, por supuesto, licencias e impuestos municipales. Anticipar esos capítulos evita sorpresas y tensiones con el calendario y la caja.
@esther.reeds Os cuento más cosas d Emi casa prefabricada, agradezco la oportunidad que me ha dado de vivir aquí casi 5 años y poder ahorrar para mi próxima casa, pero hay que ser conscientes que no hay que normalizar vivir así 😭 #casamodular #casaprefabricada ♬ sonido original - Esther Reeds
Mirando al futuro, Esther recomienda priorizar diseños funcionales y flexibles, con luz natural y ventilación, y que permitan ampliaciones sin perder coherencia ni calidad constructiva. Con ese mapa de riesgos y oportunidades, su veredicto es claro: la prefabricada fue un puente útil, duro por momentos, pero clave para ganar autonomía y preparar el salto a su próxima vivienda.