La amenaza de las estafas digitales vuelve a mostrar su rostro más cruel en Bolonia, donde una pareja de jubilados perdió casi 300.000 euros, los ahorros de toda una vida, tras caer en la trampa del conocido como Falso Policía. Todo comenzó con un SMS que alertaba de un supuesto hackeo de su cuenta bancaria. El mensaje, breve y directo, generó el miedo suficiente como para desencadenar una cadena de errores fatales.
El marido, preocupado por la seguridad de su dinero, marcó el número de teléfono que figuraba en el aviso. Al otro lado respondió un hombre que se presentó como el “mariscal Fabrizio”, un supuesto miembro de las fuerzas del orden. Con un tono convincente, el falso agente fue guiando a la víctima paso a paso para que transfiriera su dinero a una cuenta “segura”. En apenas tres operaciones, el anciano acabó entregando 290.000 euros sin sospechar que estaba siendo manipulado.
El gancho del miedo
Cuando la pareja comprendió el engaño, ya era demasiado tarde: el dinero había desaparecido y no fue posible bloquear las transferencias. El caso no es aislado. Ese mismo día otra mujer recibió un mensaje similar, llamó al número y acabó transfiriendo 9.500 euros. La diferencia fue que, al percatarse del fraude a las pocas horas, denunció de inmediato. Gracias a esa rapidez, la Fiscalía de Bolonia pudo intervenir con un decreto urgente de embargo y recuperar íntegramente la suma.
Las autoridades subrayan que la rapidez es decisiva. “Estos episodios demuestran cómo los estafadores desarrollan técnicas cada vez más sofisticadas, capaces de engañar no solo a los más vulnerables, sino a cualquiera que utilice teléfonos inteligentes y cuentas en línea”, señaló la Policía de Bolonia en un comunicado. Alertar a tiempo a las fuerzas del orden permite a la autoridad judicial activar medidas inmediatas para bloquear las operaciones fraudulentas antes de que sea demasiado tarde.
Bloqueo y reacción
El fraude del Falso Policía no es nuevo en Europa, pero ha evolucionado con el uso de tecnologías que imitan mensajes oficiales de bancos o instituciones. Según datos de Europol, este tipo de engaños se ha multiplicado en los últimos cinco años, especialmente contra personas mayores, aunque cada vez más usuarios jóvenes resultan también afectados. La técnica de ingeniería social —crear miedo para provocar decisiones impulsivas— sigue siendo su arma más efectiva.
La historia de esta pareja jubilada funciona como advertencia: un simple SMS puede poner en riesgo los ahorros de toda una vida. La recomendación de expertos en ciberseguridad es clara: nunca responder a mensajes sospechosos ni llamar a números desconocidos, y verificar siempre la información directamente con la entidad bancaria o con la policía.















