Si os hablamos de una "mámoa", seguramente no muchos sabréis a qué nos referimos. Por desgracia, los operarios de Ardesende, una aldea en Ourense, tampoco parecían estar muy al tanto de este túmulo funerario, y en 2014 decidieron "reparar" las piedras del monumento funerario que confundieron... con un merendero.
La disposición de las piedras, sobre una tumba con más de 6000 años de antigüedad, pareció recordarles a un merendero: una mesa rodeada de bancos donde sentarse a comer. No queda claro cómo se aprobó el proyecto, pero las piedras fueron retiradas y un merendero moderno se colocó sobre su lugar.
Es cierto que no es seguro al cien por cien que las piedras formasen parte del monumento funerario original y podrían ser posteriores, pero en cualquier caso, sí es un hecho que se construyó un merendero sobre una tumba con más de 6000 años, sobre un yacimiento arqueológico que forma parte de los 25 túmulos neolíticos que se encuentran en San Cristovo de Cea.
El alcalde de la localidad defendió que las piedras no eran parte de hallazgo histórico, si no a una casa derruida, y que prueba de ello es que los vecinos las habían usado, de hecho, como merendero. Además, incida que la mámoa no habría sufrido daños al encontrarse bajo tierra. Otros grupos ecologistas y plataformas mantenían que las piedras sí que pertenecían a la tumba, y discutían que los daños causados a la mámoa eran impredecibles.
El ayuntamiento abrió una investigación para ver qué posibles errores se cometieron en esta discutible reparación, y si en efecto la mámoa podría haber sufrido algún daño, aunque hasta donde sabemos los resultados nunca trascendieron.