Tras un capítulo 106 algo decepcionante y un parón de una semana, Dragon Ball Super ha regresado con fuerza gracias a un episodio 107 bastante interesante y repleto de sorpresas en el que hemos podido ver por primera vez en acción a Jiren, el que promete ser el rival más temible de todo el Torneo de Poder, así como nuevas eliminaciones. Como siempre, a partir de aquí todo son spoilers, por lo que os recomendamos que dejéis de leer si todavía no lo habéis visto.
Aprovechando el descanso que se tomó la emisión de la serie la semana pasada, esta vez el capítulo comienza con un breve repaso al estado del torneo, haciendo un recuento de los miembros que le quedan a cada equipo. Gracias a esto descubrimos que el Universo 4 esconde todavía a dos enemigos que no han sido vistos y que la ventaja numérica la tienen tanto el Universo 6 como el 7 al mantener a ocho luchadores sobre el ring cada uno.
A pesar de ellos, los dioses del Universo 11 se muestran especialmente tranquilos, ya que confían plenamente en las capacidades de Toppo y Jiren para darle la vuelta a la situación. Tanto es así que incluso llegan a decir con total confianza que realmente la ventaja la tienen ellos, por mucho que solo les queden a tres combatientes (el tercero es Dyspo).
Tras ello, asistimos a un breve flashback donde nos muestran el trato al que llegó Frost con Champa para participar en el Torneo, desvelándonos que el objetivo principal de este villano no es otro que el de vengarse del Universo 7 eliminando a todos sus integrantes, motivo por el que decide ponerse en marcha y seguir atacando a los compañeros de Goku tras haberse encargado con sus propias manos de la eliminación de Krilin.
Acto seguido nos muestran a Dyspo enfrentándose a Maji Kayo, un ser azul del Universo 3 con un extraño cuerpo parecido a la gelatina, quien consigue engañar a su rival para que caiga directamente en su trampa. Ante esta situación tan grave para el Universo 11, Jiren decide actuar y en cuestión de segundos vemos cómo de un solo puñetazo consigue mandar fuera del ring a Maji Kayo.
Aquí hay que tener en cuenta que ni siquiera llega a darle con el puño, ya que para derrotarle simplemente le bastó con la presión ejercida en el aire con su potente movimiento, con la cual también destruye gran parte del ring de combate, dejando a todos los participantes del torneo asombrados y sorprendidos ante dicha demostración de fuerza. Es una escena corta y rápida, pero lo suficientemente relevante e impactante como para hacernos entender con facilidad los motivos por los que los dioses del Universo 11 se mostraban tan confiados con la victoria.
Sin darnos el tiempo suficiente para recuperarnos de lo que acabamos de ver, el capítulo vuelve a centrarse en Frost, a quien vemos acechando a Mutenroshi para echarle del escenario aprovechando su debilitado estado. Sin embargo, el viejo maestro no va a cederle la victoria sin luchar y pone en práctica la que sea probablemente su técnica más peligrosa, aun a riesgo de que su utilización le cueste la misma vida: el Mafuba.
Por desgracia, se encuentra tan débil que es incapaz de completar la técnica con éxito y falla a la hora de encerrar a Frost en la botella. Si bien todo esto pilló al villano con la guardia bajada, este no tarda en recuperarse y comienza a pegarle una paliza a Mutenroshi, quien sigue sacando fuerzas de flaqueza para defenderse, aunque sin mucho éxito.
Cuando Frost consigue tener al anciano totalmente sometido, aprovecha la ocasión para atacar a Vegeta por la espalda, aunque este está lo suficientemente alerta como para evitar su ataque, provocando la ira del príncipe saiyan, quien se lanza sin pensárselo dos veces contra su enemigo, salvando a Mutenroshi en el proceso.
Sin embargo, este traicionero rival todavía esconde un as bajo la manga, ya que consigue atraer a Vegeta justo a la posición de Magetta, colocando a nuestro protagonista en un combate contra dos enemigos a la vez. Para su desgracia, esta vez no puede utilizar sus insultos para desmoralizar al temible robot del Universo 6, quien hace uso de unos extraños tapones para los oídos, así que no le queda otra que pelear y aguantar.
Aprovechando esta situación, el maestro de Goku vuelve a jugársela con un nuevo Mafuba para encerrar a Frost y eliminarlo de una vez, aunque esto era justo lo que este rival estaba esperando que hiciera, por lo que aprovecha rápidamente para redirigir la técnica de Mutenroshi contra Vegeta y encerrarlo en una botella.
Tras esto, Frost castiga al anciano con varias ráfagas de Ki antes de disponerse a lanzar fuera del ring la botella, aunque Mutenroshi consigue apañárselas para romper la botella con una pequeña bola de Ki y así liberar a Vegeta, quien desata todo su poder transformándose en Super Saiyan Blue y rompiendo los tapones de Magetta para desmoralizarlo a insultos.
Esto asusta a Frost, quien aprovecha la ocasión para escapar del lugar, mientras que el príncipe saiyan arroja al robot fuera del escenario sin que este tenga la voluntad de defenderse. Eso sí, también le pide al venerable Duende Tortuga que se salga del ring, ya que en su estado actual no es más que un estorbo y corre el riesgo de morir si continúa así, algo que Mutenroshi acepta con cierta pena por no poder hacer más por el equipo, aunque Bills le dice que no tiene nada de qué preocuparse ni arrepentirse, ya que ha hecho una labor fantástica.
De esta forma, finaliza un episodio bastante interesante y con algunos giros y revelaciones realmente llamativas con las que hacernos una mejor idea de lo que nos espera próximamente. Hablando del futuro, el adelanto del capítulo 108 nos confirma que Freezer y Frost se aliarán y buscarán poner en aprietos a Gohan, aunque... ¿cuál es el auténtico plan de Freezer? ¿Realmente buscan colaborar o acabarán traicionándose entre ellos tal y como deja caer la última escena del avance? ¡Pronto saldremos de dudas!
