Lou Ferrigno es principalmente conocido por su papel como Hulk, el clásico de finales de los 70. Ferrigno creció con un audífono, lo que lo llevó a sufrir acoso escolar y verse envuelto en peleas que perdería. Cuando llegaba a casa, se refugiaba en los cómics de Hulk, aun sin poder imaginarse que algún día se convertiría en el superhéroe.
Con el sueño de ser tan fuerte como el personaje de Marvel, Ferrigno se convirtió en culturista, y con 22 años ya era Míster Universo. Su estatura le sirvió para que durante el rodaje de la serie lo prefirieran a él en lugar de a Arnold Schwarzenegger, y sus músculos y su apariencia lo pusieron por delante de Richard Kiel, que llegó a encarnar al personaje.
Ferrigno había cumplido el sueño de su infancia, pero no sabía que iba a ir todavía más allá. El rodaje de la serie implicaba llevar seis capas de maquillaje verde y pasar 16 horas diarias en el set de rodaje. Una noche, Lou Ferrigno se convirtió en Hulk.
Eran las 4 de la mañana, y tenían que rodar la última escena del día, en la que el actor levantaría un coche con la ayuda de una grúa. Era una secuencia imprescindible, pues aparecería en los créditos iniciales de la serie. Justo antes de terminar de rodarla, el cable que levantaría el coche se rompió, y comenzaba así un reparación que llevaría bastante tiempo.
Ferrigno no estaba dispuesto a esperar más, y levantó el coche sin ayuda de la grúa y lo lanzó colina abajo. Ferrigno se había convertido en el verdadero Hulk.
Podéis ver un breve fragmento de esta secuencia en el vídeo bajo estas líneas, en el segundo 27.
