Dragon Ball, en general, nos ha regalado todo tipo de episodios: desastrosos, malos, regulares, aceptables, buenos, geniales y magistrales. Pero muy pocos nos han llegado a emocionar tanto y hacernos disfrutar como el capítulo 130 de Dragon Ball Super, probablemente uno de los mejores jamás realizados en los más de 30 años de vida de la mítica obra de Akira Toriyama.
El poder del Ultra Instinto dominado
Esta vez los guionistas no se lo han pensado dos veces y el episodio comienza por todo lo alto, con un intensísimo intercambio de golpes entre Goku con el Ultra Instinto dominado y Jiren, donde queda claro que el nivel de poder que ha alcanzado nuestro protagonista supera con creces incluso el de los propios dioses.
Esta secuencia de acción es realmente espectacular y resulta un auténtico deleite para la vista ver cómo Jiren hace todo lo posible por alcanzar a Goku, quien esquiva y bloquea todas sus ofensivas y contraataca con una fuerza devastadora. Por primera vez en todo el Torneo de Poder vemos al guerrero del Universo 11 cansado y magullado, así como totalmente sobrepasado, algo que le hace enfurecerse y recordar que su forma de vida de los últimos años se ha basado en la creencia de que la fuerza equivale a la justicia, por lo que perder sería como aceptar que ha estado equivocado durante todo este tiempo.
Gracias a ello, Jiren empieza a emitir un Ki descomunal que destruye todo a su alrededor y se lanza nuevamente el ataque. Esta vez las fuerzas de ambos contendientes parecen estar más igualadas que nunca, hasta que finalmente el temible rival de Goku decide lanzar una potente ráfaga de Ki, algo que nuestro héroe intenta contrarrestar con un Kame Hame Ha, lo que provoca un choque de poderes que, inesperadamente, acaba por perder el saiyan.
Sin embargo, esto no parece afectarle demasiado, ya que tras la explosión resultante, Goku sale de ella a toda velocidad atacando a Jiren. Por desgracia, el guerrero de las Tropas del Orgullo vuelve a tomar la ventaja y en un nuevo y espectacular intercambio de golpes consigue derribar a Kakaratto, quien tras mucho esfuerzo y los ánimos de sus compañeros, consigue ponerse en pie a duras penas.
Esto provoca un sentimiento de frustración en Jiren, ya que Goku le explica que si sigue levantándose es porque carga con los sentimientos de todos sus amigos y seres queridos, algo que su rival considera que es inútil y efímero. Para demostrarle que las amistades son cosas que se pierden fácilmente, el orgulloso guerrero del Universo 11 lanza una poderosa ráfaga de Ki contra las gradas donde están viendo el torneo los dioses y los miembros eliminados del Universo 7 y 11.
Goku no se lo piensa dos veces y consigue bloquear el ataque, aunque este gesto de Jiren es algo que lo enfurece hasta un nivel que hacía mucho tiempo que no veíamos, por lo que el saiyan desata toda su furia y nos regala la mejor secuencia de acción de todo Dragon Ball Super, y, probablemente, la mejor de todo Dragon Ball, con un intercambio de golpes espectacularmente dibujado, animado y coreografiado, de esos capaces de ponernos los pelos de punta con una facilidad pasmosa y dejándonos claro que hemos llegado al climax de la serie y del Torneo de Poder.
Finalmente, Goku remata a Jiren con un Kame Hame Ha, dejándolo derribado en el suelo, incapaz de continuar defendiéndose. Sin embargo, cuando Goku comienza a preparar el ataque con el que se dispone a lanzar a Jiren al vacío y así darle la victoria al Universo 7, algo extraño ocurre y su cuerpo deja de ser capaz de seguir manteniendo el poder del Ultra Instinto dominado, lo que provoca un devastador efecto rebote que deja a nuestro héroe en el suelo retorciéndose de dolor. Según nos explican, estas son las consecuencias de alcanzar un poder que supera incluso al de los dioses.
Evidentemente, Jiren encuentra aquí su oportunidad de ganar el torneo, por lo que rompe el suelo que se encuentra debajo de ellos y manda a Goku al vacío mientras salta hacia otra plataforma. Cuando todo parecía perdido, un nuevo ataque impacta en Goku y lo manda a volar justo sobre una roca, poniéndolo a salvo.
Esta jugada maestra en el último minuto es obra de Freezer, quien regresa al terreno de combate para vengarse de Jiren, aunque aquí todavía nos espera una sorpresa más: A17 sobrevivió al ataque que recibió y se vuelve a levantar para plantarle cara al guerrero de las Tropas del Orgullo.
Con este gran giro final, concluye un episodio que nos ha dejado con muchísimas ganas de que llegue el 25 de marzo para ver la conclusión de Dragon Ball Super, ya que os recordamos que el 131 será su último capítulo. Queda menos de un minuto de torneo, y los tres supervivientes del Universo 7 se encuentran en las últimas frente al rival más temible que han conocido hasta el momento, ¿podrán aguantar lo suficiente como para llevarse la victoria?
Como veis, este episodio ha sido completísimo y nos ha ofrecido todo lo que siempre se espera de Dragon Ball, buena acción, grandes combates, sorpresas, grandes giros de guion, animación y dibujo a la altura, etcétera. Eso sí, no tenemos muy claro que Toei vaya a ser capaz de cerrarlo todo de forma satisfactoria en tan solo 20 minutos, ya que todavía hay que concluir el torneo y finalizar la serie, por lo que solo nos queda cruzar los dedos para que el final no sea demasiado apresurado y forzado.
De todos modos, os recordamos que en diciembre se estrenará una nueva película que será secuela de Super, por lo que parece que todavía nos queda Dragon Ball para rato, a pesar de que este anime termine ya.
