El mundo de la tecnología está hoy de luto por la muerte de Paul Otellini, el expresidente de Intel, que, a sus 66 años, falleció mientras dormía en su domicilio.
Otellini fue la cabeza de la fabricante de procesadores desde el 2005 hasta el 2013, año en el que decidió retirarse para tomarse un merecido descanso después de más de 40 años siendo un empleado de la compañía.
Intel siempre recordará a su expresidente por lograr reestructurar la compañía tras la crisis económica del 2008 logrando aumentar sus ingresos hasta los 53000 millones de dólares gracias a acuerdos como el que cerró con Apple para convertir a Intel en el proveedor principal de chips para sus ordenadores.
"Fue una voz incansable en pro del consumidor en un mar de ingenieros, y no enseñó que solo ganamos cuando ponemos al consumidor como prioridad", ha declarado Brian Krzanich, actual director de la compañía, en un comunicado.
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