Los módulos de memoria SSD de tipo M.2 se están vendiendo actualmente mediante la interfaz SATA 3 que están limitados a los 550 MB/s de transferencia o PCIe 3.0 x4 que se limitan a tener un máximo de 4.000 MB/s.
Esto se debe a que el consumo y el uso de los chips de memoria que hacen los segundos. Esto se traduce en calor, el gran enemigo de los equipos gaming, por lo que muchas firmas investigan el cómo refrigerar los módulos SSD.
Y es que ahora han ido haciéndose más populares los disipadores de calor para las tarjetas SSD. Una de las pioneras en el sector es la prestigiosa firma de refrigeradores, EK Water Blocks ha presentado su nuevo modelo de disipador de aluminio para los discos SSD M.2.
Estamos hablando del EK-M.2, un disipador que incluye una placa trasera y clips de sujeción para los modelos de SSD de tipo M.2 de 22 mm de ancho y 80 mm de largo. Tal y cómo explican los chicos de la compañía, este disipador puede llegar a reducir entre los 8 y 10 grados la temperatura con un uso continuado sin ningún ventilador.
Sin embargo, si lo utilizamos junto a un ventilador podremos llegar a bajar la temperatura unos cuantos grados más. El precio del disipador con un acabado negro es de aproximadamente 10 euros, sin embargo, si lo queremos con acabado en plata tendremos que pagar 13 euros.
Además, como van a llegar unos modelos SSD de mayor capacidad y potencia, quizá en un futuro sea imprescindible el uso de estos disipadores.