Microsoft ha decidido dar un paso adelante en materia de desarrollo sostenible instalando su primer servidor y centro de datos en el fondo del mar y, más concretamente, cerca de una zona costera de Escocia.
La idea de sumergirlo en el fondo marino es el poder utilizar el agua y las bajas temperaturas como una forma de refrigerar los servidores de forma autónoma, sin necesidad de sistemas de refrigeración externos lo que, ya de entrada, hace que se pueda ahorrar una buena cantidad de energía.
Además, los servidores funcionan gracias a energías renovables, utilizando electricidad generada por energía solar, eólica y undimotriz (la generada gracias a las olas del mar).
Por el momento, la instalación del servidor es una prueba, pero Microsoft quiere que, en un futuro, estos sistemas se utilicen de forma masiva.
