Hace unas horas que SpaceX, la compañía aeroespacial de Elon Musk, logró poner en marcha con éxito la misión más importante (y también viral) de su historia, llevando un Tesla al espacio gracias al Falcon Heavye, el cohete espacial más potente del mundo.
Tras superar con éxito la primera fase del lanzamiento, colocando el coche en órbita sin problema alguno, SpaceX dio comienzo a la segunda fase, con la que quería recuperar con éxito los tres núcleos propulsores del Falcon Heavy para reutilizarlos en futuras misiones.
Los dos propulsores laterales no tuvieron problema alguno en aterrizar, pero, sin embargo, el núcleo central falló en esta segunda fase dejando un pequeño borrón en un día que pasará a la historia de las misiones en el espacio tal y como las conocemos.
Según ha asegurado el propio Elon Musk hace unos minutos, el núcleo central tuvo un fallo en los motores que provocó que sólo pudiera activar uno de los tres necesarios para el aterrizaje, fallando en la maniobra y estrellándose a unos 482 km/h por hora en medio del mar, a unos 90 metros del barco que servía como plataforma de aterrizaje.
A pesar de este inconveniente, el Tesla de Musk sigue su viaje espacial dirigiéndose en estos momentos al cinturón de asteroides.
