Si bien el gobierno chino está, poco a poco, abriéndose al mundo de los videojuegos y el ocio electrónico de una manera gradual, de vez en cuando sigue adoleciendo de una serie de normas y decisiones burocráticas que nos devuelven a la dura realidad. La última decisión de la administración asiática, de ideología comunista, ha sido la de cerrar y bloquear las opciones de comunidad de Steam, la plataforma digital de Valve, pero mantener las opciones de compra y venta de videojuegos en el portal.
La decisión viene auspiciada por una serie de regales habituales de la República Popular China, que controla especialmente los canales en los que el público y los habitantes pueden reunirse a charlar, hablar o mantener conversaciones. La tienda sigue operativa, pero las características de Steam se han visto especialmente mermadas.
La censura de las opciones de comunidad tienen efectos colindantes y colaterales, como la eliminación de los logros, los foros, guías, trucos o grupos específicos creados alrededor de juegos.
