El director Joel Schumacher falleció el pasado lunes tras varios meses de lucha contra un cáncer. El cineasta, querido por muchos y polémico por su dispar y particular filmografía, se ganó un nombre propio en Hollywood gracias a sus éxitos de taquilla y sus grandes películas de culto. Entre su filmografía destaca Tiempo de matar, en la que Matthew McConaughey interpretaba a un idealista abogado que debe hacerse cargo de un polémico caso en el que violan y matan a una niña negra de diez años en un pueblo de Mississippi. McConaughey ha querido rendirle tributo al director, considerando que si no fuese por él, su carrera cinematográfica habría sido muy distinta.
Schumacher se arriesgó con él en Tiempo de matar
El protagonista de Interstellar o The Gentleman, confesó a Variety en un comunicado que Schumacher se arriesgó por completo al contar con él para la película y, mucho más que eso, se desvivió para asegurarse de que si el actor no terminaba en la cinta, no rodarla bajo ningún concepto. "Joel no solo se arriesgó conmigo, sino que luchó por mí", confesaba McConaughey. "Sabiendo que el estudio tal vez nunca aprobaría a un relativamente desconocido actor como yo para el papel principal en una película así, me organizó una prueba de pantalla secreta un domingo por la mañana en un pequeño estudio desconocido porque, como dijo, 'incluso si lo haces genial, es posible que no obtengas el papel, por lo que no quiero que los que están en la industria piensen que realizaste una prueba de casting y no obtuviste el trabajo'", relata el intérprete.
Tiempo de matar, en 1996, fue su gran oportunidad, convirtiéndose en uno de los primeros éxitos de taquilla y crítica de un Matthew que había hecho sus pinitos en el cine pero que no había contado con un rol predominante en una producción de este calibre. Schumacher no solo le dio la oportunidad de conseguir el papel de su vida. El cineasta también fue solidario y consecuente con él, y le ofreció consejos de vital importancia a McConaughey. "Recuerdo que en los días en que pasaba un mal momento en el set, o las cosas no salían como esperaba, él siempre me recordaba con el consejo más simple y sólido que un director podría darle a un joven: 'Hola, eres Jake Brigance. Tú, Matthew, eres el personaje'. "El hecho de que mi carrera haya sido tan maravillosa, y me haya permitido estar en grandes películas se lo debo a Joel Schumacher, que ya creía en mí en ese entonces", concluía.
