Las persecuciones de la policía están a un mecanismo de volverse más sencillas. El Grappler es un parachoques que se coloca en la parte frontal del coche y que se extiende para enganchar al coche que se esté persiguiendo.
El Grappler alarga unas cintas elásticas que envuelven las ruedas traseras del coche perseguido. Esto provoca que, gradualmente, el coche no tenga más remedio que detenerse.
Por otro lado, en el vídeo que os dejamos sobre estas líneas, se muestra que las cintas elásticas sirven tanto para vehículos ligeros como para aquellos que sean más pesados. A su vez, no implicaría ningún tipo de peligro para el posible tráfico que hubiera durante la persecución.