Ya son muy pocos los éxitos y clásicos de Hollywood que se escapan de la fiebre de las secuelas y los reboots. La industria cinematográfica estadounidense atraviesa una preocupante era de falta ideas que está empujando a los creativos a tener que basarse en material ya existente para publicar "nuevos" proyectos enmascarados, muchas veces, de remakes. 'Heat', uno de los filmes más queridos de la filmografía de Michael Mann, tiene una secuela en camino y parece que, por culpa de Warner, el largometraje va a padecer uno de los peores males del celuloide contemporáneo.
Michael Mann, director de 'Heat', actualiza el desarrollo de la secuela con una noticia un tanto preocupante
En una reciente entrevista para Collider, Mann ha confirmado que continúa desarrollando 'Heat 2' para que llegue a cines en las mejores condiciones. Actualmente se está trabajando en el guion para que esta secuela, que funciona realmente a modo de precuela, sorprenda a la audiencia. Sin embargo, resulta que el proyecto está en manos de Warner, por lo que la compañía impone sus deseos y decisiones al director. Eso puede significar, por ende y por las palabras del cineasta que os dejaremos a continuación, que Mann no está teniendo la libertad que desearía y que puede que la continuación de 'Heat' sea bastante diferente a como se planteó originalmente para expandir el producto en caso de éxito en cines y streaming.
"No se va a concretar nada porque todo puede caerse", comentaba Mann con respecto a la conexión entre una y otra entrega. "'Heat 2' está en manos de Warner Bros. Estoy escribiendo el guion para ellos y, con suerte, seguiremos adelante lo antes posible". La segunda parte de la mítica cinta de acción y atracos, quiere proseguir con la historia de Al Pacino y Robert De Niro como el policía Vincent Hanna y el criminal Neil McCauley, respectivamente, pero con un giro: se remontará al pasado. Basándose en la novela que Mann publicó junto a Meg Gardiner, servirá como precuela y secuela de la película de 1995, algo especialmente curioso. La novela se centra en desarrollar el pasado del policía Vincent Hanna, al que dio vida Al Pacino, así como se explaya en explicar qué ocultaba el ladrón Neil McCauley, personaje de De Niro en la producción original. De forma paralela, ambas historias , afianzadas en 1988 y en Chicago, se van entrecruzando hasta los eventos de Heat, pasando por la Costa Oeste, la frontera de México y más.