La elección del actor sueco Dolph Lundgren, conocido por el live action de He-Man y posteriormente interpretar al Punisher de los cómic, para el papel de Iván Drago en Rocky IV, por Sylvester Stallone, marcó un momento significativo en la historia del cine de acción. Esta decisión no solo fue inesperada sino que también añadió un matiz personal y curioso al proceso de casting.
Stallone, impresionado por las cualidades físicas de Lundgren, cinturón negro (4.º Dan) en el karate estilo Kyokushinkai, maestría en Ingeniería Química por la que estuvo en el MIT, de 1,96 de altura y más de 100 kilos de peso (y puro músculo) en aquel entonces, vio en él la encarnación perfecta del feroz Drago. La revelación de Stallone sobre su reacción visceral al conocer a Lundgren refleja la meticulosa y a menudo intensa naturaleza del casting para la saga Rocky en los que Stallone está personalmente implicado, especialmente para una película tan emblemática como Rocky IV, donde cada elección de personaje era crucial para la narrativa y el impacto emocional de la película.
"Quería en Rocky IV, realmente quería un tipo grande, horrible y despiadado, como un hombre primitivo, y no pude encontrarlo", explica el actor en el programa An Experience With. "Estaba encontrando luchadores gigantes y jugadores de fútbol, y de repente, las puertas se abren, entra humo, hay luz, está la línea del cabello y los hombros así de anchos. Todo es perfecto. Incluso sus pantorrillas estaban llegando a su fin. Era musculoso", apunta Stallone, describiendo la primera vez que vio al actor sueco.
El desafío de encontrar al superhombre soviético
Sylvester Stallone enfrentó retos significativos al buscar un actor que pudiera representar de manera convincente a Iván Drago. Quería un antagonista que no solo fuera físicamente imponente sino que también transmitiera una presencia primitiva e imponente. Finalmente, cuando Lundgren entró en escena, Stallone supo que había encontrado a la persona perfecta.
La llegada del actor sueco al casting de Rocky IV fue, según contó Stallonne, casi como una escena de película: una entrada dramática, con una presencia física que llenaba la habitación. El actor describe a Lundgren como una evolución más allá del Homo Sapiens, con una estatura impresionante, un físico musculoso y características muy marcadas y excepcionales.
“Entró en la habitación y lo odié. Este tipo salta la escala de la evolución unos mil años. Mide 6'6” (1,96 metros), tiene cabello que necesita una cortadora de césped para cortarlo, pómulos que parecen una Harley y labios tan grandes que si volara a más de 10.000 pies explotarían… Cuello, hombros”, relata Stallone.
