Walter White y Jesse Pinkman son dos personajes históricos dentro de la televisión contemporánea. Interpretados por Bryan Cranston y Aaron Paul respectivamente, estos narcotraficantes recibieron un par de estatuas para conmemorar su paso por Breaking Bad. Vince Gilligan, que sitúo su historia en Alburquerque, tuvo la buena fe de regalar esas dos obras de arte a la localidad, en agradecimiento por su acogida: "En el transcurso de 15 años, dos programas de televisión y una película, Albuquerque ha sido maravilloso para nosotros". Pero los habitantes no quedaron demasiado contentos con el detalle, y el motivo principal es que no ven demasiado correcto tener como estandarte a dos traficantes de droga.
Tener a dos narcotraficantes como estandarte no convence demasiado a todo el mundo
El Ayuntamiento de la ciudad de Nuevo México tiene claro que el turismo que generarán esas estatuas es más importante que lo que puedan representar estos personajes de ficción, pero no parece que haya una mayoría que acepte sin problemas a estos dos protagonistas que se dejarán ver en la última temporada de Better Call Saul y que también pasaron por El Camino, la secuela de Breaking Bad que contaba lo que ocurrió con Jesse tras los acontecimientos vividos en el final de la serie original. Estos proyectos, como bien ha comentado Gilligan, también han sido rodados en Alburquerque, como no podía ser de otro modo.
"Están erigiendo estatuas en honor a personajes que fueron traficantes de metanfetamina, adictos y asesinos en una ciudad conocida por su desenfrenada adicción a la metanfetamina y sus problemas con las drogas", dicen algunas quejas que recogen desde The Guardian a través de Twitter. Es probable que estas quejas terminen sin conseguir nada, puesto que como decíamos el Ayuntamiento tiene claro que es un factor positivo de cara al turismo. Podéis seguir las nuevas aventuras de Walter y Jesse en la tanda final de capítulos de Better Call Saul.
