La concepción de El Señor de los Anillos como obra cinematográfica fue un auténtico desafío. Peter Jackson y su equipo, en un primer momento, se asociaron con Miramax de cara a desarrollar su ambiciosa adaptación de la novela de J.R.R. Tolkien, algo que los llevó a lidiar en constantes ocasiones con Harvey Weinstein. El productor, que puso múltiples pegas a eso de rodar tres películas, estuvo amenazando a los responsables con quitarles el proyecto y entregárselo a Quentin Tarantino. En un especial de The Independent, el manager del director de Mal gusto y el nuevo documental de Los Beatles en Disney+, explica la historia.
El productor más temido de Hollywood quería a Tarantino como director
Volvamos a finales de los años noventa. Harvey Weinstein, antes de ser acusado de abuso y agresión sexual por cientos de mujeres, era el productor más temido y respetado de Hollywood. Aficionado a las películas cortas y directas, no concebía que El Señor de los Anillos durase tanto y tuviese que estar dividida en varias entregas. Coincidiendo con el vigésimo aniversario del estreno de La comunidad del anillo, actores como como Elijah Wood, Orlando Bloom o Ian McKellen se han puesto en contacto con el citado medio, narrándoles cómo fueron aquellos días de preproducción. Entre los múltiples homenajes, el manager de Jackson, Ken Kamins, ha querido rendir tributo a lo estoico de la actitud del cineasta, que no quiso ceder a las presiones y amenazas de Weinstein.
Kamins, que sigue aplaudiendo que los derechos de la obra de Tolkien acabase en manos de New Line Cinema, explica cómo el productor estuvo intentando acortar La comunidad del anillo y buscar la manera de colocar al protegido de la casa, Quentin Tarantino, como director sustituto. "Harvey pasaba de actuar con empatía a convertirse en Mr. Hyde en un abrir y cerrar de ojos, y amenazaba a Peter. Amenazó con hacer que Tarantino dirigiera si Peter no podía hacerse cargo de una película de dos horas y media, que era exactamente lo contrario de lo que al principio nos dijo que quería", comentaba Kamins, que refleja a la perfección los cambios de humor de un ejecutivo conocido por implicarse demasiado en las producciones en las que decía participar. Apodado como Harvey Manostijeras, casi reduce la duración de las películas de El Señor de los Anillos a la mitad de lo que finalmente fueron.
"En realidad fue idea de Bob Shaye, fundador de New Line, hacer tres películas en lugar de dos", explica el manager de Peter Jackson. "La propuesta original era hacer dos películas y Bob dijo ‘hay tres libros, ¿por qué hacer solo dos películas?’ Dijo ‘Tolkien hizo tu trabajo por ti. Escribió tres libros, así que tienes tres películas’, y yo le di una patada a Peter por debajo de la mesa sin creer lo que estaba oyendo. Dijeron que sí el lunes y el miércoles ya teníamos 12 millones de dólares", comenta Kamins, que afirma que aquel momento cambió para siempre la concepción de la adaptación que, a la postre, sería multipremiada. ¿La venganza de Weta y de algunos de los responsables de los efectos especiales de esta adaptación? Convertir al terrorífico productor en un orco.
