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¿Te gustaría ser James Bond? Prepárate para muchos riesgos laborales, diarreas o ETS

Un estudio científico evalúa cómo sería ser el agente secreto más famoso del cine en la vida real. Y no, no merecería la pena. Riesgo físico, enfermedades de transmisión sexual y más.
¿Te gustaría ser James Bond? Prepárate para muchos riesgos laborales, diarreas o ETS
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James Bond, el símbolo de la masculinidad cinematográfica por excelencia, es uno de los personajes de ficción más famosos de la pantalla grande y la literatura. La creación de Ian Fleming ha contado con una larga trayectoria de adaptaciones en el cine, un buen número de aventuras y una gran cantidad de peligros y misiones a sus espaldas. Pero, ¿cómo sería encarnarlo en la vida real? Pues según un estudio científico en clave de humor, parece que muy poco placentero pese al glamour que se destile en el celuloide, con riesgo laborales por un tubo, enfermedades varias y otros problemas de índole sexual.

Un agente 007 un tanto imprudente

El análisis, firmado por el Centro Médico Universitario de Radboud en los Países Bajos y la Facultad de Enfermedades Infecciosas y Tropicales de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, analiza los riesgos laborales y los errores en los que ha incurrido el bueno de Bond en el cine a lo largo de sus 25 películas hasta la fecha, haciendo especial hincapié en las imprudencias cometidas por el agente secreto. Es decir, no se presta demasiada atención a los peligros inherentes de sus arriesgadas misiones, la gran mayoría mortales, ni las amenazas colindantes a las mismas. Simplemente se evalúa cuál es su arriesgado estilo de vida o qué precio tiene su movilidad geográfica para su sistema inmune.

Bond Bahamas

Para ello han estudiado los 86 viajes internacionales que ha realizado James Bond en todas las películas oficiales de la saga, desde la primera James Bond contra el Dr. No (1962) hasta Sin tiempo para morir (2021), la más reciente y última protagonizada por Daniel Craig. "Nuestra hipótesis es que los agentes secretos que se preocupan demasiado por el espionaje y el contraterrorismo podrían caer en una mala priorización de las medidas de higiene y medicinales al viajar", remarcan los autores del estudio. "Dado lo inoportuno que puede ser un ataque de diarrea en medio de una misión, es llamativo que solo se vea a Bond lavándose las manos en dos ocasiones en toda la saga, a pesar de su gran exposición a multitud de patógenos transmitidos por los alimentos", matizan.

La nula higiene de manos y la falta de preservativos de Bond lo llevarían a enfermar constantemente

Bond sexual

Por ejemplo, más allá de la higiene, el agente secreto ingiere fruta sin lavar, no tiene cuidado con las enfermedades locales, y parece que no respeta las recomendaciones del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. En el análisis se señala cómo Bond viaja constantemente a lugares como las Bahamas, Jamaica o la India, no vacunándose en ninguna de las películas contra enfermedades y afecciones muy peligrosas como la malaria, el dengue o la chikunguña. Además, suele caminar descalzo por playas caribeñas, arriesgándose constantemente a sufrir una incómoda erupción por síndrome de migración larvaria cutánea o guardar reposo por sumergirse en aguas fecales que podrían estar infestadas por grandes dosis de orina de ratas. Y lo que no son ratas, pues Bond podría ser portado de la toxoplasmosis tras tanto contacto con el gato de su archienemigo Blofeld y las heces del felino.

Connery Bahamas

Las enfermedades de transmisión sexual de Bond

Sí, ni Sean Connery, Roger Moore, Pierce Brosnan, Timothy Dalton, George Lazenby o Daniel Craig, han demostrado ser buenos baluartes de la higiene o la prevención de enfermedades tropicales, pero en el ámbito sexual parece que Bond es una bomba de relojería. El agente secreto es muy promiscuo, por lo que hablamos de un trabajo un tanto proclive a exponerse al riesgo de enfermedades venéreas. Hay que destacar, como puntualizan en el estudio, que el espía no usa preservativos ni medidas de protección, por lo que no sería de extrañar que cayese preso de alguna enfermedad de transmisión sexual que lo acompañase en sus misiones.

"La mayoría de sus encuentros dejan poco tiempo para un saludable intercambio de historial sexual con sus compañeras", se explica en el análisis, que enfatiza la afición a beber alcohol del personaje. A lo mejor los archivillanos de la saga tendrían que, en lugar de obsesionarse con asesinarlo, dejarlo tranquilo un par de días más en algunos de sus exóticos destinos para ver qué ocurre con este imprudente agente secreto.

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