Todos odiamos las cucarachas. Ahora en verano campan a sus anchas, se esconden en casi cualquier rincón y son capaces de resistir como muy pocas especies a las inclemencias químicas, climatológicas o ambientales. Es como otros insectos blatodeos, se adaptan rápidamente a su entorno. Y esa ha sido la motivación de los científicos e ingenieros de la Universidad de California Berkeley, que han creado un robot pensando en ellas y que podría ayudarnos en nuestro día a día más de lo que creemos.
Pequeño y simple, este diminuto robot quizás no vaya a la guerra en primera línea podría tener cientos de aplicaciones militares, siendo capaz de aguantar una presión de millones de veces su propio peso, así como moviéndose a una velocidad inusitada: es capaz de recorrer 20 veces su propia longitud en solo un segundo.
Un robot capaz de realizar tareas en lugares de difícil acceso
Los científicos de la universidad californiana de Berkeley, en colaboración con el ingeniero mecánico Liwei Lin tenían claro que apuntaban alto. Su objetivo no era otro que la de crear un robot pequeño, casi diminuto, capaz de realizar tareas casi imposibles en lugares remotos o de difícil acceso, y en los que podría recibir daño y continuar operando sin problemas. Lógicamente, todo dependerá de aquello a que se le encomiende, pero sus primeras pruebas han demostrado ser todo un éxito. El cucarobot, es capaz de soportar una carga de hasta seis veces su propio peso, por lo que podría montar desde sensores de detección de gas y productos químicos o cámaras de alta resolución para el rescate de personas atrapadas en escombros en labores de salvamento.
Como nos explican en Gizmodo, parte de esta gran resistencia se debe a su simplicidad. Este pequeño robot está diseñado a partir de una pequeña placa curvada de material piezoeléctrico que reacciona a la electricidad contrayéndose y expandiéndose cuando deja de recibir el impulso. Es decir, gracias a una capa de polímeros elástico y a una pata frontal o pestaña, este gadget es capaz de moverse con la contracción y su posterior extensión gracias a estas descargas eléctricas. La versión de 10mm de longitud se mueve a una considerable velocidad de 20cm por segundo cuando se le aplica una corriente de 200V a 850Hz, y podría aumentar en futuras versiones y revisiones del ingenio. Eso sí, todavía hay muchas pegas logísticas.
Para empezar, solo lo han probado alimentándolo con cable y en laboratorio, por lo que se plantean ahora test en el campo y en lugares difíciles con una batería flexible de litio o una pila de reducido tamaño y peso. Debemos hacer hincapié en que este robot es capaz de resistir el pistón de una persona sin problemas, readaptándose a su forma original y siguiendo adelante como si nada. Sus diseñadores ya están pensando en cómo mejorarlo. Además de la citada autonomía, piensan en la capacidad de adaptación en forma de módulo de comunicaciones por radiofrencuencia o Bluetooth, permitiendo que el robot cucaracha sea capaz de enviar señales al entorno, que reboten, y que así sea posible que esquive obstáculos por sí solo. La ingeniería robótica no es el futuro, es el ahora, como ha demostrado Hyunday desembolsando una cantidad de dinero al comprar a la mítica y conocida Boston Dynamics.
