Investigadores de Australia han dado un salto cuántico para la microbiología, gracias al uso de una técnica de luz que les permite examinar células vivas con un detalle al que hasta ahora no habíamos tenido acceso. Todo ello sin destruirlas. Gracias a este llamado "microscopio cuántico", será posible mejorar los diagnósticos médicos como la detección del cáncer y otras enfermedades. Para ello, emplean una luz láser millones de veces más potente que el Sol.
El microscopio cuántico: Observando más de cerca el mundo
"Nuestra comprensión de la vida tal como es ahora se ha basado casi por completo en la calidad de nuestros microscopios", dice Warwick Bowen de la Universidad de Queensland en Australia. "Estamos realmente limitados por la tecnología, y no es obvio cómo romper los límites existentes porque ya hemos llevado la intensidad lo más alto posible sin destruir la célula". Sin embargo, Bowen y su equipo han conseguido resolver esta cuestión.
Para ello han diseñado un nuevo microscopio que emplea dos fuentes de luz láser: pero uno de los rayos se envía a través de un cristal especialmente diseñado que sirve para "comprimir" la luz. Este método es posible gracias a la introducción de correlaciones cuánticas en los fotones, las partículas de la luz, en el propio rayo láser. Este proceso sirvió para reducir la intensidad del rayo y disminuir su ruido, lo que se traduce en obtener imágenes más precisas sin dañar la célula.
Cuando los investigadores probaron su sistema, descubrieron que podían realizar mediciones que eran un 35% más nítidas que un dispositivo similar que no utilizaba luz comprimida. "Para lograr este tipo de medición sin correlaciones cuánticas, tendría que aumentar la intensidad", dice Bowen. "Pero si aumenta la intensidad lo suficiente para igualar estos resultados, destruiría la muestra, por lo que podemos examinar cosas que antes hubieran sido imposibles de ver".
Este avance nos permitirá seguir ahondando en las paredes celulares (de nanómetros de espesor) y en las estructuras biológicas que todavía no hemos podido captar con la tecnología actual. "Este experimento es un hermoso ejemplo de cómo las técnicas cuánticas están siendo aprovechadas ahora para una mejor comprensión de los procesos biológicos", dijo Clarice Aiello, ingeniera cuántica especializada en biofísica a nanoescala. "Este experimento es una prueba de principio de que las técnicas cuánticas desarrolladas hace décadas pueden y serán implementadas con gran ventaja en las ciencias de la vida".