Según Donnchadh Murphy, un antiguo empleado de Rare, Microsoft obligó al estudio a no realizar Killer Instinct 3, la esperada secuela de la saga que se inició en recreativas y en Super Nintendo.
"Cuando anunciaron que Microsoft compraba a Rare, mucha gente no estaba segura de si eso era algo bueno o malo", dijo Murphy. "Al principio parecía que no interferirían demasiado, pero poco después quedó claro que estaban más interesados en usar Rare para ayudarles a llegar al público más joven. Esto limitó mucho la creatividad, Rare era muy reconocida por su amplitud de tipos de juegos, así que no hacer juegos adultos fue un duro golpe".
"Hubo numerosos proyectos que creo que habrían sido éxitos enormes, pero Microsoft rechazaba uno detrás de otro. Recuerdo haber visto un par de prototipos que Chris Seavor había diseñado y en los que estaba trabajando que parecían sorprendentes, pero fueron rechazados. Parecía que Microsoft no quería tomar ningún riesgo con Rare más allá de los juegos para los más jóvenes, olvidaron rápidamente el legado de la compañía".
"Todos queríamos hacer Killer Instinct 3, pero Microsoft estaba más interesada en ampliar su público que en hacer otro juego de lucha, así que nunca lo hicimos y dudo que se llegue a hacer".
