Las acciones de Sony se han precipitado hasta su mínimo en los últimos 32 años tras la presentación de los malos resultados financieros del pasado año fiscal, terminado el 31 de marzo de este año.
La compañía japonesa presentó unas pérdidas de 456.700 millones de yenes (4.384 millones de euros), inferiores a las pérdidas de casi 200.000 millones de yenes del año pasado, pero redujo sus ingresos un 9,6%, registrando 6,49 billones de yenes (62.300 millones de euros) frente a los 7,18 billones de yenes del año anterior.
Sony ha atribuido estos malos resultados al impacto desfavorable de la fortaleza del yen en su balance, ya que las ventas en el extranjero se convierten en una menor cantidad de dinero en su moneda, las consecuencias del terremoto sufrido por Japón el año pasado, y las inundaciones de Tailandia, aparte de la mala situación de la compañía en los mercados occidentales.
Aun así, la compañía espera volver a tener beneficios este año, tras reducir sus pérdidas, lo que significaría los primeros resultados positivos del grupo en los últimos cinco años, en los que siempre ha tenido un balance negativo.
El mismo valor que antes del Walkman
Pese a la promesa de un cambio de ciclo este año, los inversores han recibido negativamente estos resultados y las acciones de Sony han bajado un 7%, siguiendo la tónica negativa de los últimos meses, hasta el punto de situar el valor en bolsa de la empresa al mismo nivel que en verano de 1980, justo antes de que comenzase el fenómeno del Walkman, su reproductor de cassette portátil.
