La USK (Unterhaltungssoftware Selbstkontrolle), oficina que clasifica por edades los videojuegos lanzados en Alemania, ha confirmado que Dead Rising, el juego de zombies de Capcom para Xbox 360, no saldrá en el mercado alemán por su elevado nivel de violencia.
El juego solo podrá comprarse en el país a través de tiendas especializadas que lo importen de Austria o Suiza, donde saldrá la versión en alemán. Este no es el primer caso de censura que se produce en Alemania, país especialmente sensible con la violencia en los videojuegos y que tradicionalmente pide a los editores que cambien el color de la sangre en sus juegos.