Rockstar Games, todavía envuelta por la polémica de la modificación "Hot Coffee" para Grand Theft Auto: San Andreas que ha hecho que el juego sea retirado de varias cadenas de tiendas americanas y calificado como "solo para adultos", se encontró ayer con otro problema frente a sus propias oficinas en Nueva York.
Peaceoholics, una organización juvenil con sede en Washington D.C., organizó una protesta contra el próximo videojuego de la compañía, Bully. Los manifestantes llevaban pancartas contra Rockstar y a favor de los jóvenes.
Este videojuego nos mete en la piel de un niño problemático en un reformatorio, con la misión de lidiar con abusones, gastar bromas e intentar ligarse a la chica de turno. Aunque todavía no se conocen muchos detalles sobre el juego, todo apunta a una clasificación M (Mature) en los Estados Unidos.
