Ayer miércoles 17 se ha presentado a las 5 de la tarde en un céntrico hotel madrileño la nueva entrega de la saga de carreras ilegales urbanas de Rockstar Games: Midnight Club 3: Dub Edition. El primer título de esta franquicia llevó las competiciones de velocidad a una ciudad libre, mientras que el segundo añadió el modo online y cierta optimización visual. Esta tercera entrega añade muchas más opciones, unidas a un apartado visual que resulta ciertamente el límite técnico de PlayStation 2. Las mejoras se centran por un lado en el lado técnico (más polígonos y mejores texturas) y por el lado jugable (mayor número de posibilidades en el taller y en las competiciones.
El apartado visual del juego mantiene un número de fotogramas constante, y resulta espectacular al mover cantidades colosales de polígonos y texturas. Todo ello a una muy competente alta-resolución, y que en ningún momento resultaba borrosa. La fluidez de los gráficos se resentía un poco en los choques, pero en su estado actual beta es fácilmente comprensible. Para aportar mayor sensación de modificación, se han incluido vehículos de élite como Cadillac, Ducati, Corvette o Mercedes. Esto también enlaza con la exclusiva de la licencia DUB, una prestigiosísima revista americana dedicada a este apasionante universo. Para introducirte más en este submundo, las opciones del taller han aumentado, y es posible realizar auténticas modificaciones, que van desde los clásicos alerones a pintura cromada en el vehículo.
Por supuesto, y siguiendo la tradición de GT3, es posible realizar optimizaciones del motor para correr todavía más frenéticamente. La gran incorporación jugable en esta entrega son sin duda las Motocicletas: Ahora puedes hacer competiciones entre Motos y Coches para ver quien es más veloz. Todo ello a lo largo de las tres ciudades del juego, que son Atlanta (la tierra de los prototipos), Detroit (la gran ciudad del motor) y San Diego (la gran ciudad del automovilismo callejero). La no-linealidad total de las ciudades, permite a los jugadores tomar atajos en las carreras, creando unas posibilidades infinitas a lo largo del desarrollo (siempre hay un callejón que explorar o descubrir, y que puede servir para arañar segundos).
Un afanado tester de Rockstar San Diego se esforzó por mostrarnos todos y cada uno de los elementos del juego, incidiendo en las rutas alternativas mencionadas antes. Posteriormente pudimos jugar, y comprobamos (y esto no es exageración) que estamos ante uno de los mejores juegos de coches de todos los tiempos. Todo un triunfo para los antiguos Angel Studios, y una promesa que promete ser cumplida en los próximos meses. Rockstar está camino de convertirse en una de las mejores compañías de videojuegos de la época, y éste es sólo un paso más.
