Los desarrolladores Julián Cordero y Sebastián Valbuena anunciaron Despelote en el Day of the Devs de 2021, el evento organizado anualmente por Double Fine y iam8bit. Casi dos años después, el título ha resurgido (vía Eurogamer) por su presencia en el Tribeca Game Festival que tendrá lugar del 7 al 18 de junio (donde también estarán The Expanse: A Teeltale Series y Stray Gods, y una charla de Hideo Kojima).
El dúo que dirige el proyecto, junto al productor Gabe Cuzzillo, el sonidista Ian Berman y el programador Niall Tessier-Lavigne, han conseguido editora para el juego: Panic, quienes publicaron Firewatch y Untitled Goose Game, y crearon la consola portátil Playdate. Llegará en 2024 para PC (Steam y Epic Games Store), PlayStation 5 (PlayStation Store) y Xbox Series X/S (en la plataforma de Microsoft aún no tiene ficha).
Despelote es una aventura de exploración centrada en la narrativa y en primera persona donde los jugadores revivirán la experiencia de Julián Cordero a los ocho años, aunque con un toque fantasioso, por las calles de Quito, Ecuador, en 2001, un periodo en el que la ciudad cambiaba de aires por dos hechos: el país se acercaba a clasificarse para el Mundial de fútbol a la vez que salía de una profunda crisis económica.
Una ciudad repleta de actividades e interacciones con la pelota en los pies
"Sumérgete en las calles y los parques de Quito a través de los ojos y las orejas de un Julián de ocho años", dice la sinopsis. "Regatea, pasa y dispara tu pelota de fútbol a lo largo de la ciudad, y observa lo que ocurre cuando la golpeas frente a alguien".
Los desarrolladores prometen una representación de Quito "repleta de actividades, interacciones y travesuras en las que participar", un lugar con muchos "personajes con los que tener conversaciones graciosas y genuinas".
El título también promete destacar por su representación visual. Quito se ha creado utilizando fotografías en blanco y negro, para después adaptarlas a un mundo tridimensional con un tono sepia que puede recordar al de Return to the Obra Dinn. A ello hay que sumar el doblaje en español y al audio que han grabado por las calles de la urbe.