Estamos a unas horas del lanzamiento este viernes 12 de mayo de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. A la vez que se han publicado las críticas de la prensa especializada (en Vandal lo hemos puntuado con un 10), también han surgido los análisis técnicos. Especialistas en este campo como ElAnalistaDeBits y Digital Foundry coinciden en que la secuela de The Legend of Zelda: Breath of the Wild mejora gráficamente respecto a su predecesor y que es uno de los mayores hitos de Nintendo Switch en este sentido, pero también apuntan que el juego no es completamente estable.
En el mencionado canal de YouTube español dicen que Tears of the Kingdom se ejecuta a una resolución de 900p dinámicos en modo televisor y a 720p dinámicos en portátil. Aunque lo más habitual es que se mantenga en esa resolución máxima, "puede llegar a caer hasta los 720p" al conectar la consola híbrida a una pantalla. A este respecto, en Digital Foundry añaden que utiliza la tecnología de reescalado de AMD: FSR 1.0. De ese modo, en el televisor o en un monitor se muestra a 1080p, mejorando la nitidez de la imagen desde las resoluciones antes mencionadas.
"Hay algunos problemas a la hora de implementar la reconstrucción temporal (FSR) en Tears of the Kingdom, activando la resolución dinámica de forma aleatoria cuando, técnicamente, no debería", dice ElAnalistaDeBits. El medio anglosajón apuntala más esto: "el juego cambia su resolución interna [antes del reescalado] basado en la velocidad de la cámara". Cuando la cámara está en movimiento, explican, la resolución a veces baja alrededor de los 720p, pero aumenta a 900p en cuanto deja de moverse.
Más estable que Breath of the Wild, pero puede bajar hasta los 20 FPS
La secuela de Breath of the Wild soluciona los problemas de stuttering del juego de 2017, presentes sobre todo en el Bosque Kolog y otras zonas muy densas, "pero tiene problemas de framerate si usamos los poderes en zonas con demasiada carga gráfica o cuando hay demasiados personajes no jugadores en pantalla", recalca ElAnalistaDeBits. Estas bajadas de la fluidez, detallan ambos medios, se quedan alrededor de los 20 FPS, pero normalmente solo ocurren al utilizar la Ultramano (el poder que permite a Link mezclar objetos del escenario) en zonas muy pobladas, así que no es frecuente.
Hay una serie de mejoras técnicas y cambios artísticos que enumeran los dos expertos. Hay una mayor distancia de dibujado en las sombras y en el nivel de detalle de la geometría y la vegetación, que ahora tiene más densidad en ciertas zonas; algunas texturas se han mejorado, al igual que la calidad del agua y las salpicaduras. Y aunque es el mismo Hyrule del juego anterior, "algunas zonas son casi irreconocibles", señala ElAnalistaDeBits, por varios motivos: los cambios en el sistema de iluminación, la posición del Sol y la aparición de nuevas estructuras en distintas áreas del mundo.
Por último, ambos indican que los tiempos de carga en el viaje rápido de Tears of the Kingdom son más rápidos, pero el canal de YouTube español asegura que el tiempo de carga al iniciar Breath of the Wild es más breve que en su sucesor. Más allá de lo visual, la cabecera anglosajona destaca que el juego utiliza el sonido envolvente 5.1 de manera más que correcta, "algo que nunca puedes dar por sentado en Switch".
