Así es Maskerade: The Deadpan Cry, un juego con conciencia social de los alumnos de U-tad

Un survival horror en el que la protagonista debe encontrar la manera de escapar de un cabaret sobre el que pesa una maldición.
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Ofrecido por U-tad

Catalina es una joven que se ha visto arrastrada a un cabarets sobre el que pesa una maldición para sustituir a una bailarina que ha desaparecido. Esta idea es el punto de partida de Maskerade: The Deadpan Cry, un survival horror en el que trabaja Spiky Duck y que tiene un trasfondo social, ya que el estudio intenta denunciar la situación en la que se podrían encontrar algunas mujeres. El estudio tenía desde el mismo concepto del juego esa intención de presentar una historia con dos caras, "presentar un lugar tan romantizado y mitificado como un cabaret y pervertirlo hasta el punto en que solo querrías escapar de los horrores que allí ocurren", dice Julia Barberán García, una de las diseñadoras de Spiky Duck.

Maskerade es uno de los proyectos en los que trabajan los alumnos de los másteres en Programación de videojuegos, en Game Design y en Arte y Diseño Visual de Videojuegos del Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-tad). Después de unos meses de clases teóricas, los alumnos forman grupos interdisciplinares para crear un videojuego como si se tratase de un estudio comercial.

La madame, el enemigo al que tendrá que enfrentarse la protagonista.
La madame, el enemigo al que tendrá que enfrentarse la protagonista.

Máscaras que muestran cómo los personajes van perdiendo humanidad

Cuando alguien llega al cabaret de Maskerade, llamado "Lumiére du Néant", se le coloca una máscara blanca que es un elemento clave en el juego; sirve como reflejo de su Humanidad y revela como el personaje, según va pasando tiempo dentro del local maldito, muta para irse asemejando a un animal diferente en función del papel que desempeña. Así, la madame que regenta el local se asemeja a un buitre y es el enemigo principal (al mismo tiempo que una víctima de la propia maldición del cabaret).

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Las bailarinas son el atractivo del local, cada una de ellas se ha ido convirtiendo en un animal diferente, según el puesto jerárquico que ocupa en el cabaret; la mayoría de ellas desea escapar, pero llevan tanto tiempo allí que han perdido la fuerza de voluntad para hacerlo, explican desde el estudio formado por los alumnos de U-tad. Las bailarinas, afirma Alexandrine Aranda Toledo, de Spiky Duck, "son una parte clave para conocer el sistema que emplea el cabaret para someter a las personas que están en él. Con esto también podremos transmitir al jugador cómo este sistema les ha afectado a ellas arrebatándoles, en este caso, la fuerza de voluntad". Cuando ya han completado la transformación, el local las utiliza de una forma macabra que irá descubriendo el jugador.

Dibujos conceptuales de las bailarinas de 'Maskerade'.
Dibujos conceptuales de las bailarinas de 'Maskerade'.

Al servicio de la madame hay trabajadores que se encargan del local, la mayoría de los cuales han dejado de ser humanos para deambular realizando tareas básicas de mantenimiento y evitar que se escapen las bailarinas, aunque hay otros, los más peligrosos, que sí conservan parte de su identidad. Llevan una máscara de perro que simboliza su lealtad hacia la madame y el establecimiento. Por último, están los clientes, que se van corrompiendo según transcurren más tiempo en el local, convirtiéndose en cerdos.

Conseguir el favor de las demás bailarinas para enfrentarse a la madame

Al principio del juego Catalina intentará huir por sus medios, pero no tardará en darse cuenta de que para lograr liberarse deberá enfrentarse a la madame y para llegar hasta ella necesita que todas las bailarinas le den un objeto determinado, y para conseguirlo debe cumplir para ellas algunas misiones. Esto lleva a otro de los aspectos relevantes del juego, la exploración. Catalina recorrerá el cabaret para descubrir que la parte central, donde están los clientes, está más cuidada mientras que el resto está en peor estado. Según se vaya convirtiendo en un animal -en su caso, una gata-, adquirirá habilidades como una audición mejorada que le permitirá enterarse de algunos secretos o garras para acceder a nuevas zonas en áreas que ya hubiese recorrido antes.

La habitación de la protagonista, Catalina.
La habitación de la protagonista, Catalina.

Las misiones que debe cumplir Catalina para las demás bailarinas implican la resolución de puzles, sin embargo, apunta el diseñador Thibaut Lopez: "muchas veces el jugador tendrá problemas más urgentes y peligrosos a los que enfrentarse para salir indemne de las situaciones peliagudas en las que se encontrará". Maskerade es un survival horror que se juega en sigilo ya que Catalina no puede atacar ni defenderse, aunque sí utilizar algunos elementos del escenario para distraer la atención de los trabajadores o esconderse. La intención del estudio es que el jugador se sienta vulnerable y amenazado. Si la atrapa un trabajador, explica López, "reaccionará violentamente, agarrándola y llevándola a algún lugar que el jugador nunca conocerá. Qué le hará en ese lugar es incierto, pero para el jugador se presentará como un game over. Tras perder, el jugador reaparecerá en algún lugar antes del momento de haber sido atrapado, para intentar superar la situación de nuevo, esta vez sin ser atrapado".

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Ambientación en la época dorada de los cabarets

Los escenarios que ha diseñado hasta el momento el estudio de U-tad Spiky Duck muestran que el juego estará ambientado en el pasado, "en un punto incierto entre finales del s. XIX e inicios del s. XX. Escogimos estos años dado que coinciden con la época dorada de los cabarets. Por consiguiente, la imagen popular que se tiene de estos contiene elementos propios de estas fechas", afirma el diseñador Javier Morales López.

Para que el lugar parezca lujoso, el equipo utiliza una paleta de colores vivos y las bailarinas irán vestidas con ropa ajustada y complementos ostentosos. En lo que respecta a los personajes, para conseguir una atmósfera de terror tendrá extremidades alargadas y serán figuras altas y desproporcionadas y con la técnica del claroscuro se resaltarán solo los objetos más importantes; los efectos de postprocesado ayudarán en la ambientación.

Así es Maskerade: The Deadpan Cry, un juego con conciencia social de los alumnos de U-tad Imagen 3

Una vez que los alumnos de los másteres de U-tad, divididos en tres grupos, han definido los proyectos que van a crea, Maskerade: The Deadpan Cry, Howl of Iron y Nox, están trabajando para cumplir los distintos hitos que tienen marcados dentro del conocido como método U-tad, en el que cada grupo se responsabiliza de su proyecto, del concepto, la producción y de ir resolviendo los problemas que vayan surgiendo, con el apoyo de un equipo de profesionales de la universidad que incluye una productora académica. En octubre cada estudio deberá tener una demo de sus juegos.

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