La lucha contra los hackers es una batalla constante. En Apex Legends, hoy han anunciado nuevos métodos, y en Playerunknown's Battlegrounds, uno de sus más directos rivales, nos han presentado a la Unidad Anti-Cheat, un equipo que trabaja activamente para evitar a los tramposos y cheaters en el battle royale.
Un equipo activo y constante que lucha por una comunidad más sana
"La PUBG Anti-Cheat Unit responde de forma activa a cualquier tipo de acción no autorizada que afecte a nuestros jugadores", explica Dohyung Lee, líder de este comando anti-trucos "Siempre estamos buscando la forma de ofrecer la experiencia jugable más positiva y completa para nuestra comunidad", afirma. Esta unidad, cuando detecta un nuevo tipo de hack o truco, se aseguran de comprender cómo funciona y la manera en la que se está usando en el videojuego. Detectar amenazas es importante, y más saber cómo afectan al videojuego o incluso de la forma en la que se aferran al código del título.
"El equipo de análisis y de ingeniería analiza de forma constante este tipo de herramientas hacks, e inmediatamente, desarrolla una respuesta lógica al ataque", añade Wonha Ryu, responsable de gestionar las operaciones anti-trucos de la unidad. Al igual que Respawn, esta unidad especializada usa algoritmos y machine learning para desarrollar medidas más efectivas y constantes contra los trucos que intentan fastidiar la experiencia a los jugadores de PUBG. "El objetivo no es otro que desarrollar un sistema que responda de forma activa y efectiva a los abusones o hackers que se aprovechan de nuestros sistemas", explica Dongwan Kim, ingeniero y desarrollador de software en el equipo.
Aunque esta unidad trabaja de forma activa, con varios trabajadores y equipos, PUBG Corporation colabora con equipos internacionales y firmas externas para encontrar y arrestar a los distribuidores de este software ilegal diseñado para el videojuego. "Un ejemplo de esta colaboración, es que una importante agencia nos permitió apresar a desarrolladores y distribuidores en la operación más grande jamás llevada a cabo en el mundo del hack informático", comentaba Ryu. Esta operación, llevada a cabo en China, sumó más de 140 detenciones, requisándose más de 5,1 millones de dólares obtenidos de la compra y venta de estos exploits.