Desde la aparición de navegadores como Firefox y Chrome, el uso de Internet Explorer en Windows es mínimo -aunque el tráfico revela que todavía hay un 2,5% de los usuarios mundiales que lo utilizan, un 5,5% en Reino Unido- y de hecho Microsoft lanzó en Windows 10 un navegador que lo sustituye, Microsoft Edge. Ahora la compañía va un paso más allá y recomienda dejar de usar el antiguo Explorer por los riesgos que supone para el equipo.
Chris Jackson ha comentado en el blog oficial que "Internet Explorer es una solución de compatibilidad. No estamos admitiendo nuevos estándares web y, si bien muchos sitios funcionan bien, los desarrolladores en general no los están probando actualmente para Internet Explorer. Están probando en navegadores modernos", dice el texto.
Pese a que Microsoft ya no ofrece soporte técnico para la mayoría de versiones de Internet Explorer desde 2016, todavía es utilizado en algunas instituciones o empresas por su facilidad de uso, por estar incluido en el sistema operativo y la compatibilidad con sitios web no actualizados donde precisamente requieren soporte para estándares antiguos -de ahí que surja algún problema con Chrome, Firefox o Edge-. En el resto de casos, no se recomienda por el riesgo para la seguridad que supone.
Un nuevo Edge basado en Chromium
Con esta declaración, Microsoft también estaría presionando para que muchas empresas mejoren las aplicaciones web y no opten por dejar la tecnología antigua simplemente porque funciona.
En diciembre de 2018 Chrome lidera el uso de navegadores en internet con un 62% del tráfico, seguido por Safari -menos del 15%- y Firefox -menos del 5%-.
Desde el lanzamiento de Edge, Microsoft no ha conseguido posicionar su navegador tal y como hizo en los años 90, cuando Explorer era el más popular. El próximo gran cambio de su tecnología es que se basará en Chromium y llegará a Windows 7 y 8, facilitando por tanto que los administradores de empresas con estas versiones puedan migrar sus desarrollos a nuevos navegadores lo más pronto posible.
