El algoritmo de Twitter, un sistema que detecta presunta amenazas de muerte y otros insultos, ha vuelto a hacer de las suyas. Si hace unas semanas os comunicábamos el curioso caso de un jugador que escribió un poema sobre Elite Dangerous y acabó baneado por usar la palabra matar, ahora llega a nosotros las quejas de un grupo de jugadores que, tras afirmar haber matado al actor Sean Bean en Hitman 2, han sido expulsados de la red social.
No es ninguna amenaza: ¡es un enemigo del juego!
Matar en los videojuegos es algo común y normal, sobre todo en los títulos de acción y sigilo, o en aquellos en los que interpretamos a un sicario profesional, como en Hitman 2. Sin embargo, Twitter tiene un sistema poco eficiente de detección de amenazas, que se basa en palabras concretas y en los reportes masivos de usuarios y bots. Curiosamente, y como gran acto promocional en el lanzamiento del título, el actor Sean Bean es uno de los objetivos del videojuego, pero esto estaría causando problemas.
Al parecer, un gran número de usuarios que habrían afirmado matar al personaje virtual interpretado por Sean Bean en el juego a través de tuits estarían siendo expulsados de Twitter por incumplir las normas de convivencia, entre las que destacan la prohibición de amenazas. Particularmente gracioso es el caso de @TheFatConsol3R, que tuiteó "Bueno, pues parece que voy a asesinar a Sean Bean esta misma noche", encontrándose con la imposibilidad de volver a su cuenta tras ser baneado de forma permanente por apología de la violencia. Eso sí, muchos jugadores podrían haber recuperado su perfil tras borrar los tuits de rigor.
En Hitman 2, Sean Bean (El Señor de los Anillos, Juego de Tronos) es el encargado de dar vida al primer objetivo escurridizo del videojuego. Encarna a Mark Faba, conocido como El Inmortal, un exagente del MI5 convertido en asesino a sueldo, y es una misión en la que el intérprete se ha prestado a reírse de su propia tendencia a morir en sus películas y series.
Hitman 2 está ya disponible tanto en PC como en PS4 y Xbox One. Desde Vandal le dedicamos un análisis que podéis leer en el siguiente enlace.
