Uno de los problemas a los que se sigue enfrentando la realidad virtual es a la necesidad de tener un ordenador conectado al casco constantemente, paso que reduce la comodidad en el uso del dispositivo y que Oculus VR espera eliminar de la ecuación con Oculus Santa Cruz.
La realidad virtual inalámbrica
La compañía está trabajando en este nuevo proyecto que integra la capacidad de procesamiento dentro del propio casco y que presenta la misma potencia técnica que la actual versión del casco de VR.
El proyecto, cuyo nombre no es definitivo, coloca todos los componentes de su hardware en la zona frontal de su estructura, que está cuidado y dista de ser un mero prototipo o diseño conceptual.
"Desde que diseñamos la primera versión de Rift hemos soñado con ofrecer la magia de la VR en PC sin conexiones. Por eso nos entusiasmó anunciar nuestros trabajos en Santa Cruz en Oculus Connect el año pasado", explican.
El nuevo casco será también compatible de serie con los mandos de control por movimiento lanzados para Oculus Rift.
El proyecto sigue en construcción y en Oculus VR saben que todavía queda camino por delante para tener en marcha la versión comercial. La compañía no ha detallado qué hardware llevará el casco independiente, pero se espera que los estudios puedan experimentar con él a comienzos del próximo año 2018.
