Xbox One, la consola de sobremesa de Microsoft, tuvo un comienzo dubitativo y algo problemático, derivado de una serie de decisiones comerciales erradas por parte de la empresa. Ahora, Yusuf Mehdi, vicepresidente corporativo de la compañía explica cómo esos meses consiguieron que se cambiase la dicotomía entre fans y empresa.
'Cómo los fans de Xbox motivaron una cultura centrada en el aficionado en Microsoft'
"Fue en el lanzamiento de Xbox One cuando afiancé en mi interior el poder de los fans", comenta Mehdi. Según el directivo, tras el lanzamiento de Xbox One y el evento que organizaron en Nueva York en 2013, fue cuando fue consciente de la importancia y del compromiso de los aficionados a la marca.
"Equilibrar nuestros planes y objetivos comerciales con las necesidades de nuestros clientes es uno de los retos más difíciles a los que nos enfrentamos, pero si te esfuerzas realmente en ofrecer lo mejor a los usuarios, estás realmente en el camino indicado", comenta. "Hacer lo correcto no es siempre lo más fácil, pero sí es lo más honesto con respecto a los valores que mantenemos como compañía y nuestro compromiso con mantener en el centro a nuestros usuarios" explica.
"Experimentamos dichos desafíos por nuestra cuenta con Xbox. Con nuestro anuncio inicial de Xbox One y nuestro deseo de ofrecer entretenimiento y juego, el equipo tomó una serie de decisiones sobre requisitos alrededor de la conectividad y de cómo se comprarían los juegos que no gustaron a los fans", recuerda.
"Dicha experiencia fue un recordatorio muy poderoso de cómo debemos siempre hacer lo correcto con nuestros consumidores, y desde que hemos mantenido dicho compromiso con nuestros fans, no pensamos volver atrás jamás", concluye.
