Gamelab: Ian Livingstone abandera la necesidad de enseñar a programar a los niños

Coincide con el joven desarrollador Jordan Casey, de 16 años.
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Gamelab 2016

Jordan Casey tiene 16 años y hace cuatro creó su primera empresa de desarrollo de videojuegos. Actualmente tiene ya tres y todo por hacer. Ian Livingstone tiene 64 años. En 1965 creó Games Workshop y a mediados de los 80 entró en el desarrollo de videojuegos con Eureka y se le considera uno de los padres de Tomb Raider. Representan la veteranía y la sangre fresca del mundo del videojuego, y ambos mostraron que tienen un concepto bastante similar de lo que debe ser la educación en el siglo XXI en la mesa en la que participaron dentro de Gamelab.

Livingstone es un acérrimo defensor de un cambio en los métodos educativos actuales, que considera deben tener un componente más tecnológico en el que los videojuegos pueden desempeñar un papel "Los juegos ayudan", dijo, "sirven para aprender sobre resolución de problemas. Un fallo es un éxito en curso, y juegos como Rollercoaster Tycoonn te permiten establecer el precio de las acciones, y piensas en cómo atraer a los niños para que vengan al parque... eso es aprender cómo distintas disciplinas te ayudan en los juegos, Sim City te ayuda a entender cómo funcionan las ciudades, con The Walking Dead aprendes sobre la moral y Minecraft a yuda a potenciar la creatividad y los niños que lo juegan sueñan con ser arquitectos".

La necesidad de que los niños aprendan a programar desde pequeños

Livingstone está convencido de la necesidad de enseñar a las siguientes generaciones a programar desde pequeños teniendo en cuenta que afirmó. Para él, está bien estudiar libros de texto o memorizar datos, pero es necesario completarlo más de la mitad "de los niños que están en el colegio va a desempeñar trabajos que aún no se han inventado",con aprendizaje práctico: "¿Es mejor un piloto que ha leído libros o uno que ha practicado con simuladores?" se preguntó.

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En esta educación que propone Livingstone es imprescindible la enseñanza de la programación, "da igual que los niños se equivoquen, tienen que poder hacer algo práctico de robótica", dijo. Esto no supone el abandono de las disciplinas humanísticas; sino que tiene un enfoque renacentista; Livingstone recordó que Leonardo Da Vinci era capaz de unir las dotes como artista con las de matemático e ingeniero, "hay que unir el hemisferio derecho y el izquierdo", indicó.

Como si se tratase de la plasmación de las teorías de Livingstone, Casey explicó que él comenzó a programar con nueve años a base de leer libros y webs y ver vídeos en youtube. A los 12 años publicó su primer juego, Alien Ball, en Flash. "Pensé que sería un experimento, pero se convirtió en uno de los juegos más jugados de Irlanda", dijo este joven que tiene las ideas muy claras: "Intento animar a la gente joven a demostrar que somos creativos, y lo hago contando mi historia".

El uso de la tecnología en los colegios debe ir acompañado de una actualización de los docentes

Es indudable que la tecnología está omnipresente y hay que ser capaz de desenvolverse con ella: "no todo el mundo va a dedicarse a programar, pero sí debería entender cómo funciona". Evidentemente, esta teoría supone dinamitar todo el sistema educativo y precisa una actualización potente del los docentes: "En mi colegio tenemos un sala con ordenadores, pero no los usamos mucho porque los profesores no saben", informa Casey. "Tenemos bastante tecnología y smartphones para consultar YouTube, pero seguimos utilizando sólo los métodos tradicionales", subrayó Livingstone.

Los cambios propuestos o se refieren sólo a conocimientos académicos de la docencia, sino también a sus metodologías de enseñanza: "Los profesores deberían aprender qué es la educación colaborativa, que haya más aprendizaje informal", dijo Casey. Pero no parece haber mucho interés en cambiar la situación, y Casey explicó que ni los profesores de informática de su centro educativo le han preguntado por su faceta de creador de videojuegos.

Una de las posibles herramientas educativas que ambos mencionaron es Minecraft, "es importante que el niño se lo pase bien, y si encima aprende, genial, pero tiene que seguir usando la imaginación", afirmó Livingstone, y Casey coincidió con él "me gusta porque puede ser muy creativo y no hay reglas", apuntó, convencido de que, con un nuevo enfoque en la educación, los niños pueden entender que programar es divertido.

Sara Borondo
Redactora

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