Joachim Kempin, el vicepresidente de ventas de Windows, que trabajó en Microsoft entre 1983 y 2002 ha asegurado que "la razón principal [por la que Microsoft entró en el mercado de las consolas] fue para parar a Sony".
Asegura que ambas compañías nunca han tenido una relación positiva, y que esto fue porque Microsoft no quería, ya que la consideraban rivales dentro del entretenimiento. Cuando vieron que el negocio de Sony en las videoconsolas funcionaba bien "Microsoft lo vio y dijo 'bueno, tenemos que ganarles, así que hagamos la nuestra propia'".
La principal amenaza para Microsoft, según revela el exejecutivo, era que Sony ganase territorio en los salones y acabase con "el dominio del PC tradicional".
Kempin afirma que Microsoft intentó que "varios fabricantes de PC" desarrollasen la Xbox para evitar los costes de fabricación, pero que "eran lo suficientemente inteligentes para no morder el anzuelo, y porque habían estudiado el modelo de Sony, y vieron que no era rentable con ese modelo de hardware, jamás", por lo que apostaron por el mismo modelo de royalties de la compañía japonesa.
El antiguo miembro de Microsoft concluye que, aun obteniendo beneficios, Xbox "no es una gran máquina de hacer dinero para Microsoft".
