Son varios los retrasos que ya acumula BioShock Infinite. El último de ellos cambió su fecha de lanzamiento, que era del 26 de febrero, para desembarcar finalmente en las tiendas un mes más tarde, el 26 de marzo.
Ken Levine, director creativo del juego, ha explicado que esto se debe a que el estudio quiere "pulir y arreglar errores" durante más tiempo para lanzar el juego bien terminado al considerar que el producto final es más importante.
A juzgar por las dos ofertas de trabajo que Irrational Games ha publicado recientemente, aún queda trabajo por hacer. Una de ellas busca a un programador de jugabilidad, mientras que la otra busca a un programador de inteligencia artificial, aspectos sensiblemente importantes para un juego que tiene que estar en las tiendas en poco más de tres meses.
Recordemos que el título tiene que pasar por varios procesos (de calidad, de certificación, de testeo, de distribución) antes de llegar al mercado, por lo que Irrational Games tendrá que trabajar duro para pulir el juego a tiempo antes de su lanzamiento.