Tanto "Chu chuuu" y al final lo más relevante de la noche, al menos para mí, fueron las imágenes de Halo Infinite.
La mejora gráfica salta a la vista, tanto en vegetación y texturas como en iluminación. Y aunque es cierto que en las nubes se echa en falta un poco más de resolución, el ciclo horario promete ser de los más tochos que se han visto (con permiso de don Flight Simulator).
Lo bueno es que el equipo aún tiene meses por delante para seguir puliendo el juego, pero vamos, si al final se ve como en esas imágenes, yo firmo.
Cuestiones técnicas aparte, el estilo visual del juego me encanta. Desprende un aroma al primer Halo que no es ni medio normal. Dan ganas de perderse por esos parajes a hacer un pícnic mientras matas Grunts.
Contando los días para embutirme en el traje del "Jefesito".
